La Platea de Juanma G. Anes
(Huelva Información)
Anda gran parte del recreativismo fiel cabreado (más cabreado si cabe, si es que eso es posible,) por aquello de que en Huelva y provincia, estando el Decano en coma, hay gente que estos días celebra sin miramiento las victorias -y derrotas- de esas dos bestias llamadas Real Madrid y Barcelona.
Entendiendo ese lamento, la pretendida conversión de esos seguidores no es sencilla. A saber: ¿Ha sido el Recre un club atractivo en lo deportivo a lo largo de su vida? Evidentemente no, porque ha vagado infinitamente más tiempo de Segunda para abajo que en Primera, y la gente no es de cualquiera de los grandes por un misterioso evento metafísico, sino porque ganan. Y, por cierto, gran parte de la provincia mira al Betis o al Sevilla porque ellos juegan en la élite; si ambos hubieran estado casi siempre en Preferente no tendrían tantos adeptos locales. Más: ¿Ha luchado el Recre por hacerse querer entre sus paisanos no adeptos? Poco o nada. Ni con otros equipos de la provincia ni con la mayoría de sus vecinos ha tenido jamás un plan serio -remarco lo de serio- para conseguir cariño o filiación. No lo hizo cuando se suponía que había pasta, así que cuando no la hubo la coartada estaba clara. Muchas veces la imaginación y las ganas suplen al parné, pero esa guerra tampoco se libró.
Seguimos: ¿Ha vendido, cuidado y defendido el decanato y su singular historia, ante los suyos y ante ataques foráneos, como debía? ¿Se ha dado valor a eso como para que sea considerado algo más que otro equipo del montón? Quitando cuatro golpecitos en el pecho de sus dirigentes, no. Y, para colmo, los onubenses han sido tratados muchas veces como incapacitados o simple personal sobrante. Los últimos años, por ejemplo, dan para escribir un manual sobre el tema. De todo aquel polvo… Eso sí, es tan límite la situación del Decano que, si sobrevive, todo debe ir, por narices, a mejor. Jamás un reseteo fue tan necesario. Igual poco a poco, y con un milagro mediante, todas las preguntas anteriores van encontrando otras respuestas. Quizás esa lucha quijotesca de unos cuantos tiene más sentido de lo que parece. Ojalá encuentren el respaldo que merece su odisea.