¿Objetivo cumplido? “Jamás, ahora solo queremos más. Estamos muy contentos por llegar a cuartos, pero ahora hay que luchar las semis”. El malagueño Álex Ruiz y su compañero Matías Marina han conseguido una de las sorpresas de los octavos de final de Valladolid, donde han logrado imponerse a la pareja número ocho del mundo. La primera vez de la temporada en que la joven pareja hispano-argentina llega al viernes de competición en una prueba Open –compiten las mejores parejas del mundo–, de ahí la alegría contenida del malagueño de Vairo.
El partido se resolvió a tres duros sets (4-6, 6-4, 7-5) en más de dos horas de partido. Durante los primeros de juego el intercambio de golpes estuvo servido. También de fallos. Ambas parejas sostenían el saque sin mucha seguridad. Álex Ruiz y Maty tuvieron hasta seis bolas de break en el primer set, pero no supieron ganarlas y tan solo una bastó a los canarios para asestar el palo en el primer set. Sin embargo, la joven pareja malagueño-argentina no bajó los brazos. Todo lo contrario. Cambiaron la táctica, presionaron más, forzaron el fallo. Se remangaron y comenzaron a luchar cada punto como el último. El resultado fue un break y empate a sets.
Y quedaba lo mejor. El juego de los cuatro jugadores mejoró ostensiblemente. Puntos largos, tensos, con buenos golpes, mejores defensas y la concentración rozando el sobresaliente. Álex y Matías presionaban e insistían sobre Jordi, mientras que los canarios buscaban la red para recuperar el mando del partido. No lo consiguieron y un break cuando el tie-break del último set asomaba la cabeza detuvo el partido e hizo saltar la sorpresa. Los jóvenes se impusieron a la mejor pareja española del ranking. 7-5 para confirmar que las expectativas y los sueños se pueden hacer realidad.
Partido a todo tren. En el cruzado, de derecha a derecha, alumno y maestro. Álex y Jordi encendieron un duelo muy importante para ambas parejas. “Nosotros necesitábamos confianza y ellos mantener la su posición en el ranking, ha sido una lucha tremenda”, explica Ruiz. Más allá de la igualdad, lo especial de jugar contra Jordi, uno de los entrenadores más relevantes de Álex antes de saltar a la máxima competición. “Imagina si es especial… Le tengo un cariño enorme, pero de verdad que dentro de la pista no siento nada”, confiesa mientras se ríe.
Es la alegría de haber pasado a cuartos, de haber sufrido durante tres sets pero haber logrado un paso más. “Nuestro sueño es llegar lo más arriba posible, así que no nos conformamos con nada. Solo nos queda seguir trabajando”, finalizó el malagueño, al que se le notaba una calma feliz, la del trabajo bien hecho.