Después de tres exitosas temporadas en Bembibre, Rosó Buch Rosell ha decidido afrontar nuevos retos y, seducida por el proyecto del Conquero Huelva Wagen, esta escolta de 23 años y 1,76 m. de altura ha aterrizado en el Andrés Estrada, un pabellón que siempre le ha gustado por el ambiente de baloncesto que genera.
- ¿Cómo está siendo la aclimatación de Rosó al nuevo equipo?
Las compañeras me han tratado muy bien desde el principio, nos estamos entendiendo bien todas y aunque es pronto para valoraciones, esto tiene buena pinta. Estamos con ganas de jugar y de que esto empiece. Llevamos todo el verano entrenando para competir y hay ganas de ver cómo competimos juntas, cómo defendemos...
- Casualidades del destino, vas a debutar con la camiseta del Conquero en la que fue tu anterior casa, Bembibre.
No me esperaba debutar con el Conquero en Bembibre y para mí va a ser muy especial el partido de mañana. Estuve tres años allí, me trataron bien y fui muy feliz.
- ¿Y por qué el cambio, y elegir Conquero?
Después de tres años necesitaba otras motivaciones, nuevos retos, y el Conquero me motivaba mucho. Conozco la afición, la ciudad, y voy a intentar seguir disfrutando. Recuerdo haber debutado aquí en LF2 con Mataró y siempre me ha gustado el pabellón porque la afición siempre está encima. Cuando jugué la fase de ascenso aquí esto estaba a reventar y estuvo muy bien, impacta. - Para quien no te conozco, que ya es difícil porque son seis años seguidos viniendo a Huelva, ¿qué clase de jugadora es Rosó Buch?
Como jugadora me gusta penetrar y generar para mis compañeras, y sobre todo dar un poco de magia y espectáculo con el pase. Intento ayudar con lo que pueda. - ¿Con qué expectativas afrontas la temporada?
La temporada del Conquero el año pasado fue muy buena, y el motivo de que sigan aquí muchas jugadoras y nosotras es porque queremos repetirlo y, si se puede, mejorarlo. Las expectativas son buenas y esperamos disfrutarlo con todo el mundo.