La diáspora de jóvenes de Los Guindos por Estados Unidos estaba siendo fructífera. Domas Sabonis, Francis Alonso o Rubén Guerrero estaban viviendo experiencias fructíferas en las que compatibilizan estudios y baloncesto en la universidad. Pero José Alberto Jiménez, alero de 19 años y 2.00 metros e internacional sub 19, ha pinchado en hueso.
El Coíno, como se le conoce en el mundillo del baloncesto por su localidad de nacimiento, relata en Kia en Zona dos meses de traumática experiencia en el Eastern Florida State College, el curso puente a la universidad que pretendía hacer después de abandonar el Unicaja. Tras jugar el Mundial sub 19 con España se dirigió a Estados Unidos y allí empezó la pesadilla.
Jiménez relata que "la primera semana estuve durmiendo en el suelo con un colchón roto, más tarde cosas que me prometieron que estaría en la beca no me lo estaban dando, he estado dos días sin comer absolutamente nada. Tenía miedo. Un día llegue a los vestuarios y escuché a gente del equipo decir que ‘odiamos a los blancos y estos no debería de existir y no deberían de venir aquí’", asegura el malagueño, que vivió una pesadilla: "Me robaron dinero, comida, ropa y muchos días llegaba de la Universidad y me encontraba mi ropa mojada de la lavadora tirada en el suelo del salón".
"Mentalmente estoy dolido por todo lo que me ha ocurrido en tan poco tiempo. Jamás lo había pasado tan mal…“, dice el jugador malagueño, que regresó el viernes a Málaga y que ahora se replanteará su carrera. Ya ha dialogado con el Unicaja y existe la posibilidad de que reingrese en el Clínicas Rincón.