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El rugby está de luto, fallece Antonio Mejías

Mejías con la selección española el primero por la izquierda.
ElDesmarque

El deporte en Sevilla está de luto. Fallece Antonio Mejías la noche en la que los All Blacks se han proclamado por tercera vez campeones del mundo. Nos ha dejado uno de los rugbiers más importantes de la historia del rugby español, andaluz y sevillano. Tras una larga enfermedad, ha dejado de ser pilar entre nosotros y se ha marchado para siempre.

Tras la final del Mundial ha fallecido en su cruel reposo Antonio Mejías. ‘El Meji’, anclado a una severa invalidez durante más de dos décadas, se ha ido al tercer tiempo definitivo. Sábado tarde-noche, puente de los difuntos. En la tele hemos visto como otra vez ganan los todo negro. Al día siguiente a primera hora sabemos que estará todo el día de los difuntos en el tanatorio. Cae la mundial, hasta la lluvia parece negra, de luto. El caso es que el tablero de ajedrez de nuestro rugby la piezas negras de los Old Parker sigue perdiendo torres, alfiles, caballeros y peones. Y una vez más el mazazo el fuerte.
Mejías fue desde juvenil del Ciencias. Todos hablaban de él como un gurú. Había jugado en los mejores equipos de Sevilla y había sido internacional con la selección española. Entrenador ante todo. Con niños de todas las categorías, desde el rugby del pañuelito a aquéllos aguerridos gladiadores rugberos del barro de Macarena y Chapina. Escuela Náutica, Arquitectura, Macarena, Betis, Amigos, Divina Pastora, Medicina, Sevilla… jugó con todos o todos le admiraron como rival durante años. Transmitiendo respeto, valores, camaradería y semillas allá por donde pisó hierba o barro con melones de cuero en las manos entre o contra amigos.
Se ha dicho mucho de él como una persona clave en el rugby andaluz. Y ciertamente lo fue todo. ‘Meji’ es de una segunda generación de tipos que se engancharon a rugby y a la forma y estilo de vida que eso supone ya para el resto de la vida. Después de ser gran jugador y gigantesca persona se dio cuenta antes que nadie que el futuro era esparcir semilla. Y así lo hizo. Primero contagió a varios de los jugadores de su generación, a ‘Rosco’ y a su hermano Salvador Ruiz, ‘el profe’ Zambrano y un reducido etcétera los convenció y envió como discípulos a los colegios y otras tierras idóneas para simiente de semillas ovaladas.
La Universidad Laboral, Piscinas Sevilla, el RACA… Fue el primero en sembrar y cosechar entrenadores y niños o fundar clubes. Admirable resulta su dedicación de un par de décadas en el colegio Aljarafe de donde salió una parte importante de la que ha sido la mejor generación rugbística de Sevilla hasta la fecha. Fenómenos como Felipe Del Valle y Juan Antonio Arenas recogieron su testigo y multiplicaron por docenas su obra para que hoy el rugby de Sevilla se componga de miles de jugadores, entrenadores, árbitros y veteranos que inundan Sevilla de ilusión, cantera, padres de mocosos de escalafones inferiores para quienes el rugby formará parte inseparable de la vida...
…O de la muerte, porque la marcha del ‘Meji’ nos obliga a rescatar del olvido los tiempos duros en los que el rugby sobrevivía con unos pocos cientos de perras gordas. El éxodo de Macarena a Chapina y de allí a Cartuja. Contó José maría Ruiz ‘Rosco’ pellizcándonos el corazón en su funeral como ‘Meji’ y cuatro más se llevaron con nocturnidad los palos del estadio Macarena para instalarlos en Chapina pese a que el entonces delegado de deportes franquista no quería hacerlo. Cientos de partidos y anécdotas después la Expo nos trajo la desaparición de las instalaciones de Chapina, de la que fue director varios años. Recuerdo bien de las últimas veces que habló con él. De Chapina pasó a dirigir las instalaciones de La Cartuja aunque por esas fechas de inicios de los 90 ya andaba malito con problemas de movilidad y de expresión. “Me han diagnosticado un síndrome de Fhar, como las siglas de la Federación pero con la h en medio…”, me dijo sonriente como siempre.
Y le tocó ser bisagra de transición cuando se extinguió el régimen y la Federación Andaluza de rugby se acomodó a la nueva democracia. Fue su primer presidente y después le sucedieron Paco Rodríguez, Carlos Orozco, Antonio Buzón, Paco Alonso…
En suma, un ejemplo de pundonor y de lucha, de transmisión de tantos valores positivos. El último tercio de su vida lo pasó postrado en una cama, sin poder comunicarse y con varios homenajes de la gente que lo apreciaba a los que ya no pudo asistir. Falleció con 74 años tras la final del Mundial pero sin duda vivirá por siempre en la memoria del rugby sevillano.

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  1. Emilio campra

    . No te olvidaré jamas