El Helvetia Rugby conoció en Madrid su primer derrota de la temporada después de perder frente al Arquitectura en un encuentro que dominó en el juego, pero no en el marcador final. La notable imagen ofrecida por el equipo sevillano se vio recompensada con un bonus defensivo, fruto del pundonor defensivo desplegado ante una pesada delantera madrileña que sacó provecho de su sensible superioridad en el capítulo de los kilos.
El Helvetia fue el claro dominador en la primera parte. Salvo un despiste inicial, hueco que le sirvió al equipo madrileño para anotar el primer ensayo, el partido estuvo a merced de lo que el conjunto entrenado por Nico Sanfilippo proponía. Mediante el juego abierto y a través de los pasillos de las alas, el Helvetia fue imponiendo su ley paulatinamente. Tanto fue así que el resultado al término de la primera mitad era favorable a los visitantes, gracias al golpe de castigo transformado por Pablo y al ensayo de Ferru. Después del paso por los vestuarios, el Arquitectura puso en práctica con más eficacia el temido juego estático al que acostumbran. El Helvetia se batía el cobre intentando contener a las moles madrileñas que procuraban alcanzar la línea de ensayo sevillana centímetro a centímetro, empujón a empujón. Fue así como lograron sus dos últimos ensayos, los que decantaron definitivamente el marcador a la postre. El Helvetia, con todo, murió con las botas puestas. Los últimos 20 minutos fueron completamente del equipo sevillano, que lo intentó desde todas las formas posibles, encerrando al quince del Arquitectura en su línea de 22. Aunque con el regusto amargo de la derrota, el conjunto sevillano regresó de la capital con la satisfacción de haber sabido mandar, con el bonus defensivo en su morral y con el mérito de haber dejado el marcador a 17 cuando la campaña anterior llegó a la cuarentena.