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Con el Carnaval hemos topado

Alejandro Vilas

Entender el Carnaval de Cádiz es jodido para algunos, más si solo lo focalizas en el chiste, la gracia o la malaje. Ríos de tinta llegan desde Catalunya a Cádiz mediante las redes y espacios nacionales. "Flojos, vagos, muertos de hambre, graciosillos, ignorantes...”. Hasta algún debate sobre los límites del humor. No está bien generalizar, por ello este artículo solo va para aquellos que nos han dedicado tan hermosos versos.

'La Familia Verdugo'. Chirigota chiclanera. Con gracia o sin ella, con pinta de quedarse en el corte y con el difícil propósito de hacer CARNAVAL, se ha encontrado de pronto en el centro de una pelotera mediática. La razón, un inicio de popurrí donde aparecía Puigdemont en el yugo y con la estelada. La imagen de la polémica y que ha desatado la ira.
Se trata de una parodia que podía haber tenido muchas lecturas -entre otras una crítica a un Gobierno que actúa como si se tratase del medievo, por ejemplo- pero no. Los medios olieron la sangre y corrieron hacia nuestras coplas. Estos son algunos de los titulares publicados más allá de Despeñaperros. 'Una chirigota propone degollar a Puigdemont y el público aplaude', 'Polémica por la chirigota de Cádiz que guillotina a Puigdemont', 'Una chirigota propone decapitar a un doble de Puigdemont por alta traición'...El monotema (Catalunya) se ha vendido de todas las formas posibles y había que darle una vuelta más. Un titular ansioso de usuario y un lector sensible con la causa que no ve más allá de lo que el titular le puso por delante. El resultado; atropello a Cádiz, al Carnaval y al gaditano por un yugo de mentira y un hacha de foam. Esto es Carnaval.
Si de verdad le dan importancia a nuestra fiesta y quieren motivos para mirar a Cádiz, aquí les dejo un catálogo. Porque La Tacita, durante estas fechas, es algo más que una parodia de un minuto y algo.
Aquí, con el corazón en la garganta, la rabia en cada acorde y el alma en cada letra, se le ha cantado -sin medias tintas- a las grandes injusticias de este país: Aquí se le cantó a la ETA cuando aún las bombas derramaban sangre entre nosotros (Los Piratas 98, Los Condenaos 2001, Los Templarios 99, Los que siempre te dan la espalda 2010, etc, etc , etc). Aquí, se 'mandó' al Rey -entonces Príncipe- a Afganistán para que así justificara todas las medallas que lleva en el pecho (Los que van por derecho 2010). Se pidió que toda la Familia Real fuera enviada a la guerra de Irak (Calle de la Mar 2003) y se le ha dado a los borbones desde todo los frentes posible (véase La República Gaditana 2007, El Creador 2016, etc) . En el Falla, cuando Catalunya aún acogía corridas de toros y los antitaurinos apenas tenían voz, ya se pedía la abolición del toreo en una letra desgarradora (La Ventolera 1994). El Carnaval lleva una vida denunciando la violencia machista. Aquí, en otra letra histórica, se le recordó a la Iglesia y al Papa Juan Pablo II que no hace falta tanta ostentación para ayudar al prójimo (Los Miserables 1993). En nuestras coplas se han denunciado los crímenes de la Iglesia (El Golfo de Cádiz 2005) y del franquismo (La Comunidad 2016). Hemos visto hasta a Cristo crucificado.
Nos reímos de nuestra fiesta, de nuestros vagos, de nuestro paro... Aquí, hace dos años, uno de los grandes de la fiesta le tendía la mano a tu Catalunya cuando media España os la negaba (Los Cobardes 2016). Y en pocos lugares como en Cádiz se ha luchado por los derechos de los homosexuales tanto en coplas como en agrupaciones enteras (Juana La loca en 2011). El compromiso del Carnaval de Cádiz con la sociedad es eterno. Podría estar una década hablándole de nuestra forma de expresar, pero entienda que tenemos por delante 137 músicas originales, 228 pasodobles, 274 cuplés, 34 tangos, 6 parodias, 137 estribillos y 137 popurrís... Y todo en esta primera fase de este COAC 2018. Y así cada año. Y así van más de cien cantando. 
Así que 'si us plau', respeten el ingenio y no pidan la censura para el único foco de verdad que queda en la península. No tiren piedras contra su propio tejado, no quieran callar a la única 'canción' que aún retumba en casa del enemigo. Que si hay algún pueblo que ha respetado tus ideas, tus fantasías y tus delirios, ese fue el gaditano. Cuando los medios te hagan girar la cabeza hacia el sur, que siempre sea para admirar o criticar nuestro arte, nuestra gracia, nuestra malaje o nuestra irreverencia. Pero no hagan ni el amago de tratar de coartar la libertad de expresión de un pueblo que, aunque con mil males que degollar, siempre prefirió cantar para espantarlos.
Alejandro Vilas

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