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Michael Johnson: "Cuando la gente me reconoce, todavía me habla de la final de Sevilla"

Á. Ramírez-J. Borrero-I. Delgado

Embutido en una chaqueta gris, una sudadera negra con capucha, una gorra también negra y de espaldas era casi imposible identificarlo entre la pequeña colmena en la que se convierte una terminal de llegadas de un aeropuerto como el de Sevilla. Pero entonces se movió, empezó a caminar hacia un lado. Y luego hacia otro. Y aunque a unos 50 metros de distancia, con una puerta que se abría y se cerraba, de perfil, era imposible adivinar siquiera el dibujo de su rostro, ya estaba identificado. A los pocos pasos, ese andar palomo, esa rectitud casi geométrica entre la espalda y cada avance de sus piernas ya era reconocible. Por más que en 20 años no lo hubiera vuelto a presenciar. El Pato, el Expreso de Waco, Michael Johnson estaba en Sevilla.

ElDesmarque lo ha hecho posible. En este 2019 ha premiado al atleta texano con el premio DEX Leyenda, el más distinguido, y se lo ha entregado en estadio de La Cartuja, qué mejor lugar para hacerlo. El recordman mundial de 200 y 400 metros, el campeón olímpico y del Mundo en ambas distancias, una de las mayores leyendas del atletismo y el deporte en general ha regresado a la ciudad que se marcó a fuego su hito. Y Sevilla no olvida a sus héroes, a aquellos que la engrandecen, a aquellos que ayudan a alimentar su fama y su nombre. Aquel 26 de agosto de 1999, cuando Michael Johnson eligió la capital hispalense para fundir en las tablas de la ley del deporte la marca de 43.18 en 400 metros, se produjo una unión indivisible. Son esos días, esos amores, esas uniones que pueden no volver a repetirse, pero que serán ya para siempre.

Michael Johnson posa para ElDesmarque durante su entrevista en La Cartuja, donde volvió 20 años después (Foto: Kiko Hurtado).

Para siempre fue aquella tarde noche de agosto, “con una temperatura magnífica, unas condiciones idóneas para batir un récord del mundo”. Pero ElDesmarque no ha querido que Sevilla y Michael se dijeran hasta nunca. No. Porque la ocasión lo merece, la ciudad lo merece y el héroe, el ídolo, también lo merece.

Michael Johnson se reencontró con la ciudad, con el estadio de La Cartuja. Del estadio lo reconoció todo, de la ciudad menos. “En aquellos días apenas teníamos tiempo para estar concentrados y para entrenar. No recordaba mucho de la ciudad, iba del estadio y de las pistas de entrenamiento al hotel y del hotel a las pistas”, recuerda nuestro atleta. Y quizás por eso ahora, 20 años después, se interesa tanto por la historia de la ciudad con la que unió su nombre. Se interesa por su historia, por su presente. Es bueno saber de aquel o aquella que te tiene de por vida…

"He esperado mucho, mucho tiempo para volver aquí, y por fin, después de 20 años, estoy aquí de vuelta"

Ha sido esta pues una buena ocasión para que 20 años después de los Campeonatos del Mundo de Atletismo de Sevilla 1999 Michael Johnson haya pisado de nuevo el tartán de La Cartuja, su pista, su césped, sus pasillos.

Y hubo un momento. Sí. Un momento, en el que rodeado de unas cuantas personas Michael Johnson volvió 20 años atrás. Los que mirábamos en ese preciso instante nos montamos en una máquina del tiempo, la que nos brindó el recordman. Se ausentó de repente, metió las manos en sus bolsillos y recorrió, desde la línea de salida de los 400 metros, el sentido inverso al que hizo en aquella final de la distancia. Se perdió en la línea de meta, clavó su mirada en el viejo tartán que ante su mirada parecía brillar como entonces, dio unos pocos pasos, y luego levantó la mirada… y todos recordamos aquella carrera inolvidable.

“He esperado mucho tiempo para volver a revivir aquel momento, para volver aquí. Y ahora por fin ha llegado este momento. Hace 20 años, y ahora estoy aquí de vuelta”.

-¿Recuerda aquel día, los detalles?

-Recuerdo que me desperté pensando que ese día podía batir el récord del mundo. Me desperté contento, sabiendo que tenía potencial y que las condiciones eran buenas para hacerlo.

Michael Johnson revive su récord del mundo en Sevilla, el tiempo de 43.18 en la final de 400 metros en el Mundial (Foto: Kiko Hurtado).

-¿Y la carrera?

-Más que la carrera en sí, recuerdo todo lo que estuve trabajando para ella. Recuerdo esos 400 metros, pero sobre todo lo que entrené y trabajé para llegar a ese momento. Fueron muchos meses pensando y trabajando por y para esa carrera. Tenía claro cómo correr, tenía claro cómo hacerlo. Tenía claro todo. Lo había preparado desde mucho tiempo antes.

-Y alcanzó esa meta, primero, con el oro, y con el récord del mundo. Y la gente enloqueció.

-La verdad es que no recuerdo mucho sobre el público durante la carrera. Sé que estaba emocionado, y que cuando di la vuelta a la pista la gente estaba contenta y se sentía parte del récord, de lo que había conseguido. Sí recuerdo a la gente celebrarlo, pero durante la carrera no recuerdo nada.

-Dice la leyenda, incluso algunos de los que lo vieron y lo vimos aquel día, que incluso se frenó al llegar a la meta, que dio esa sensación.

-En una carrera así todos frenamos, pero no deliberadamente. El cuerpo llega un momento en el que no puede dar más. Lo que hay que intentar es ser el que menos frena…

"Me desperté aquel día en Sevilla pensando que iba a batir un récord del mundo, sabía que se daban las condiciones para ello"

-¿Cómo lo celebró?

-No muy lejos del estadio, con mis padres y mi mujer.

-Ha recordado que estuvo meses preparando aquella inolvidable carrera, ¿ha sido la más especial de toda su trayectoria?

-Indudablemente es una de las más especiales de toda mi vida. En realidad todas lo son. Los Mundiales, los récords que batí, las medallas de oro en los Juegos… pero es verdad que aquel Mundial de Sevilla era la última oportunidad de poder batir el récord de los 400 metros, por lo que sí que fue particularmente especial.

-¿Fue entonces el gran reto de su carrera, mejorar el récord de los 400 metros que tenía Reynolds?

-Fue uno de los grandes retos. Probablemente el oro en los 200 y 400 metros en los JJOO de Atlanta pudo ser el mayor. Pero tras ese, sí.

-¿Sigue recordándole la gente la final de Sevilla?

-Por supuesto. La gente que me vio en el estadio, en la TV… recuerda ese momento. Un récord así es especial y siempre se recuerda. Cuando la gente me reconoce siempre me habla de ese momento en la final de Sevilla.

"Durante la carrera no me percaté, no me acuerdo de la gente, pero sí en la celebración. Cuando di la vuelta a la pista la gente estaba contenta, se sentía parte del récord"

-¿Qué recuerda de aquel Mundial de Sevilla, de la ciudad?

-Sinceramente, no demasiado. Porque cuando estás en un campeonato mundial siempre estás concentrado. La mayoría de recuerdos son calentando, en el estadio, en el hotel… ahí pasé la mayor parte del tiempo.

Michael Johnson es directo, certero, es como una flecha, se desvía poco, no concede curvas. El atleta hecho hombre o el hombre hecho atleta, no se sabe bien. Pero aquella forma de correr tan rotunda y especial bien puede ser una consecuencia de un talante y una personalidad tan recta como su espalda. Y quizás la mayor prueba de ello no ha estado sobre las pistas, que ya es mucho decir. La mayor prueba, la más importante, se la puso la vida hace apenas un año, en 2018.

Michael Johnson fotografía el estadio de La Cartuja, donde batió el récord del mundo hace 20 años (Foto: Kiko Hurtado).

-Hace un año, en 2018, sufrió un ictus. Perdió incluso la motricidad y tuvo que volver a aprender a andar. ¿Cómo afronta un atleta como usted, una leyenda, un percance así que nunca se imagina?

-Creo que el atletismo me ayudó porque me enseñó a superar desafíos y alcanzar logros a lo largo de mi vida. Por ejemplo, cómo romper un récord mundial. Toda esa preparación me ayudó en mi recuperación. Mi objetivo fue volver a hacer lo que hacía antes. Y probablemente este desafío fue el mayor de mi vida.

El otro gran reto

-¿Le enseñó algo diferente ese problema a lo que le había enseñado su carrera deportiva?

-No, porque creo que la mayoría de la gente cuando tiene un problema de salud lo que dicen es que aprecian más la vida. Yo sin embargo ya había apreciado mucho la vida antes. Viví cosas geniales. Había tenido tanta suerte que pensé que me tocaba pasar por algo malo porque siempre había sido un afortunado viviendo cosas bonitas, nunca di por hecho nada. Y ese pensamiento me ayudó a superarlo.

Michael Johnson, durante una de las partes de la entrevista a ElDesmarque (Foto: Kiko Hurtado).

-¿Quién es Michael Johnson hoy, 20 años después del mundial?

-Soy la misma persona pero haciendo cosas diferentes. Trabajo, tengo un negocio, dirijo a mi equipo. Ayudo a deportistas para que consigan sus logros, y también trabajo para la BBC.

-¿Qué es MJ Performance, su negocio, y qué objetivos tiene?

-MJ Performance ayuda a los deportistas a alcanzar sus sueños. Ser lo mejor que pueden ser. En fútbol, fútbol americano, deportes olímpicos.... Intentamos potenciar la parte atlética de cada deportista. Y trabajamos todas las áreas para que los deportistas alcancen su mejor forma.

-¿Y además también cuenta con la fundación Michael Johnson Young Leaders?

-Ayudamos a jóvenes que tienen pasión por el deporte, pero que se enfrentan a adversidades que no les permiten desarrollarlo. Apoyamos a los jóvenes a que cumplan sus sueños.

"Había tenido tanta suerte en la vida que cuando sufrí el ictus pensé que me tocaba pasar por algo malo, porque siempre había sido un afortunado viviendo cosas bonitas, nunca di por hecho nada. Eso me ayudó"

-Trabaja con clubes de fútbol en Europa como el Tottenham ¿Le gustaría trabajar con algún club en España, en Sevilla?

-Trabajamos con muchas entidades diferentes, ayudamos a equipos a alcanzar objetivos. La idea es trabajar juntos para que los deportistas alcancen su mejor versión. Todo el que quiera hacerlo, es bienvenido.

-¿Cuál será el legado de Michael Johnson?

-En la competición serán los fans los que determinen cuál es mi legado. Fuera de eso, a mí lo que me gusta es impactar en la gente joven. Creo que el deporte es una herramienta para crear cambios en la sociedad. El deporte puede inspirar, romper barreras.

-¿Puede ser el deporte un factor de cambio, por ejemplo en los Estados Unidos de hoy día?

-El deporte es una de las cosas que puede ayudar a cambiar las cosas en muchas partes del mundo. Pero hace falta más, no puede ser lo único. Hay muchas situaciones enraizadas en muchos sitios en los que no es fácil cambiar. Puede ayudar.

-¿Pueden estrellas como usted potenciar, impulsar ese cambio?

-Al final todos somos personas y la responsabilidad es compartida. Tenemos nuestro propio rol. Debemos ser responsables de cómo ayudar a nuestra comunidad. Pero no creo que se deba dar más responsabilidad a nadie por su trabajo o por ser famoso. No somos especiales por ser famosos. Yo tengo una plataforma mayor por ser famoso y yo decido ayudar, pero no debe ser una responsabilidad.

"El atletismo necesita emplear más tiempo entendiendo a la gente joven, a los fans, la gente que decide en los mercados. Todos ellos se convierten en consumidores del producto, y cuanto más haya, más tv hay, más sponsors hay"

-¿Y el atletismo actual? ¿Atraviesa un buen o mal momento?

-Es difícil de decir. Creo que el atletismo pasa un momento complicado. No se ha hecho mucho para ayudarlo y potenciarlo últimamente.

-¿Cuáles son las grandes amenazas del atletismo hoy día, marketing, doping, los negocios sin atletas?

-El doping es un problema si duda para el atletismo. Pero también la falta de un marketing correcto. El atletismo debe reinventarse para competir con otros deportes de cara a los fans, a los propios atletas. Debe reinventarse.

-¿Debe reinvetarse el atletismo o la IAAF (International Amateur Athletics Federation, el organismo que rige el atletismo mundial)?

-Creo que es la gran responsabilidad de la IAAF. El atletismo tiene que determinar qué cambios permitirían desarrollar y atraer nuevos ‘amigos’, nuevos fans, más interés por el atletismo. No podemos pensar que lo mismo que era relevante hace 20 años es relevante ahora.

-Ha sido muy crítico con el último Mundial, el de Catar ¿es un ejemplo de lo que hay que evitar?

-Creo que ha sido un ejemplo del problema que existe en el deporte ahora mismo. Si se celebra una competición como un Mundial de atletismo en un país en el que no hay afición por ese deporte y no tiene la atención de la gente, no va haber aficionados que vayan a ver a esos deportistas, porque no los reconocen.

-¿Pueden y deben los atletas ayudar a ese nuevo atletismo?

-Es importante que el atletismo considere las ideas de los atletas y las atletas, pero es más importante que considere las ideas de los sponsors, de los fans, de la televisión. El atletismo necesita emplear más tiempo entendiendo a la gente joven, a los fans, la gente que decide en los mercados. Todos ellos se convierten en consumidores del producto, y cuanto más haya, más televisión hay, más sponsors hay.

-El futuro del atletismo es la gente joven entonces, los aficionados más jóvenes

-La base debe centrarse en la gente joven, entre 16, 18 y 30 años. Es el segmento más importante porque es le segmento que más produce. El atletismo necesita entender a este segmento de gente. Hay que crear seguidores para que el atletismo pueda cambiar.

-Usain Bolt ha generado Fans. ¿Qué atletas pueden tener ese enganche una vez pasa la era Bolt?

-Esa idea de que un atleta puede salvar el deporte es muy volátil. Es cierto que cuando Bolt empezó trajo muchos seguidores, y fue muy importante. Pero cuando se retire, la gente que seguía a Bolt se retirará. El atletismo no se puede basar en estrellas, hay que centrarse en la competición, y es la responsabilidad de la IAAF. En vez de centrarnos en un atleta, hay que tener buenas competiciones. En otros deportes hay estrellas, pero no se presta solo la atención en una persona. La Premier League, la NBA, el tenis… tienen estrellas pero también buenas competiciones.

Michael Johnson atiende a ElDesmarque en el estadio de La Cartuja (Foto: Kiko Hurtado).

Una de esas estrellas más potentes del atletismo actual parece haberse apagado. Se trata de Wayde Van Nieker, corredor sudafricano responsable de relegar el récord de Michael Johnson en Sevilla a un segundo lugar. Lo batió en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y llevó la distancia del óvalo a un récord de 43,03. Johnson, que no duda de que en el futuro cercano esa marca bajará de los 43 segundos, elogia a la vez que cierne dudas sobre el sudafricano y su momento de forma.

-¿Podrá Van Nieker volver a batir su récord y mejorar la marca de Río?

-Van Nieker es un fantástico atleta, tiene gran talento. Pero es muy difícil volver a gran nivel tras dos años de lesión.

Ahora mismo es más difícil porque la competición se ha vuelto más exigente, con americanos como Fred Kearly, que lo está haciendo muy bien. Es especialmente complicado volver en año olímpico. Pero bueno, si tiene un entrenamiento correcto, quizás pueda incluso hasta repetir.

-Otra de récords. Un hombre como usted, que entrenó y peleó toda su vida por alcanzar las mejores marcas del mundo, ¿cómo ve el récord de maratón de Kipchoge, logrado con liebres, con zapatillas especiales…? ¿Debemos tomarnos ese récord como un experimento?

-Fue un logro increíble. No creo que los que intervinieron pensaran en llegar a bartir el récord mundial. La intención era correr en menos de dos horas preparando todas las condiciones perfectas para hacer la carrera de esa manera. Lo más importante es mostrar que se puede inspirar a otros atletas para pensar que el maratón puede correrse en menos de dos horas.

-Permítame la última. Tuvo muchos apodos, Waco Express, Pato… ¿alguno le incomodó?

-Pues no, la mayoría de las veces me enteré más tarde de estos apodos. No me enteré de que me llamaban Waco Express hasta después de retirarme. Pero eso demuestra que la gente tiene interés en ti.

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