La tercera sesión del COAC no pasará a la historia y será muy recordada. Una función irregular en el que la cabeza de serie estaba al principio y la cerró una agradable sorpresa. Aquí va la crónica completa:
La renovada comparsa de Iván Romero hacía el estreno en la sesión, recuperando el estilo de sus primera comparsas. Romero aparecía como Enrique, el Fenicio, siendo componente de su comparsa y participando como en años anteriores. Sin la autoría de Nono Galán y con varios cambios en el grupo, se presentaba como albañiles. Recordando su vuelta al “estilo que mejor saben” y pidiendo que los homenajes se hagan en presente y no “dando besos en un tanatorio”, en sus letras, con una música deliciosa que entra perfectamente.
A continuación, llegaba el plato fuerte de la sesión. La chirigota de Sevilla que diera el pelotazo el año anterior con los Daddy Cadi a intentar repetir lo cosechado. Se presentaban en escena con los Gipsy Scream. Unos gitanitos que daban mucho miedo. El listón estaba demasiado alto y la puesta en escena es la de querer escuchar más. Con autoría de la agrupación, debido al alto trabajo de Pablo de la Prida y Jesús Benárquez y haciendo gala, como es habitual de un buen popurrit como lo más destacado. Se espera más de los sevillanos en los próximos pases.
Hospital febrero recogió la sesión con un tipo como de piratas enfermeras y para presentarnos su idea. La comparsa de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) dio otro pasito hacia adelante, con un grupo compacto y haciendo referencia al machismo y al acoso escolar en sus letras. Tras ellas, llegaba por primera vez su majestad el tango al teatro, con el coro El Fantasma del Tablao, que desde Ayamonte inauguró la modalidad de coros. Los onubenses fueron de más a menos, sobre todo en interpretación, pero dejaron un buen sabor de boca en su debut.
Tras ellos, la chirigota con sabor añejo de Una peli de cowboy. Unos vaqueros con mucho age y mostrando que el carnaval nunca muere en las venas. Con letras buenas se ganaron al público y se despidieron con una buena ovación por parte del Falla. Les seguía la comparsa 'La Divina Comparsa' provenientes desde Mairena del Alcor (Sevilla). Una primera participación de esta agrupación, un homenaje a los comediantes de época antigua. Letras críticas y acordándose del gobierno para estos bufones y juglares.
Cerró la función la chirigota del Taka, que buen sabor de boca dejó el pasado año con Los hijos del Carota, en clara alusión al gran chirigotero, pero que ni mucho menos iban como él. Unos frescos con mucha cara, que dejaron unas buenas risas y una bonita música en sus pasodobles.