La lucha de Andalucía contra el coronavirus: equipos de protección con impresoras 3D

En las grandes guerras surgen los pequeños héroes, que es como nos gusta llamar a esas personas que, desde una posición no privilegiada, hacen todo lo posible y más por contribuir, ayudar y sumar esfuerzos. Si, hoy por hoy, hablamos de una iniciativa que fabrica material de protección para pacientes, sanitarios, miembros de las fuerzas de seguridad y otros trabajadores de sectores principales afectados por la pandemia, entenderán el valor que tiene lo que aquí estamos contando. Hablamos del Proyecto SAFAMakers COVID19, que lleva a cabo la impresión 3D de equipos de protección individuales (EPI) contra el coronavirus desde Andalucía.

Más que un proyecto, es ya una realidad. Es decir, este equipo de profesionales vinculados a la Fundación SAFA ya imprime a diario este valioso material de protección poniéndolo a disposición de quienes más lo necesitan, de quienes luchan contra el COVID-19 en el frente de batalla. Su objetivo es "facilitar equipos de protección individuales a entidades locales, o de otro ámbito, que los necesiten y tengan dificultades para acceder a los mismos". Así lo definen.

"Ahora mismo tenemos en la cola de espera más de 1.400 peticiones de distintas entidades: desde policías locales, enfermeras, farmacéuticos, residencias de ancianos, hogares de menores, etc. La mayoría de esas peticiones son urgentes y no paran de entrar", cuenta a ElDesmarque José Márquez, jefe del departamento de Informática que SAFA comparte con la Fundación Loyola, encargada de gestionar los colegios de la Compañía de Jesús en el sur de España.

Recaudar fondos y equipos de impresión

Una cuestión importante: cuántos equipos fabrican al día actualmente y cuántos aspiran a fabricar. "Una impresora 3D de las que tenemos en casa o en un colegio puede sacar unos 5 o 6 equipos al día. Necesitamos más máquinas para tener más producción y responder a la demanda que estamos teniendo. Nuestro objetivo más inmediato es sacar entre 150 y 200 equipos de protección al día". Ahora mismo trabajan en cinco provincias: Jaén, Huelva, Cádiz, Málaga y Sevilla.

Por ello es fundamental obtener fondos, "para adquirir más material de la parte fungible, necesario para fabricar los equipos de protección individuales: el acetato, el filamento, las gomillas, etc; y para comprar más máquinas. Ahora mismo contamos con 45 impresoras 3D, la mitad de las cuales se han financiado con campañas de donación, y esto nos está permitiendo aumentar la producción".

Hay campañas de donación abiertas a nivel particular y también instituciones que están ayudando. "Mientras exista esta demanda, nuestra labor tendrá sentido y seguiremos aumentando la red conforme las donaciones se vayan concretando".

Si estás interesado en colaborar, puedes hacerlo desde esta página. Además, puedes obtener más información escribiendo a tic@safa.edu o llamando al 625346078

Se trata de "una iniciativa que surge del colegio SAFA Nuestra Señora de los Reyes, en Sevilla. Un profesor del centro vio la oportunidad de colaborar con impresoras 3D. En ese colegio tenemos dos impresoras, así que llevamos esa iniciativa a toda la comunidad educativa de SAFA y a otras entidades que empezaron a contribuir con nosotros. Gracias a ellas hemos alcanzado las 45 impresoras que tenemos actualmente en la red colaborando".

Una comunidad solidaria y entregada

Son muchos los grupos de profesionales que están trabajando duro y a diario para abastecer con equipos y máscaras de protección a quienes más los necesitan. En el caso del Proyecto SAFAMakers COVID19, nos cuenta José Márquez el papel que juegan grupos como Sevilla Maker Society. "Cuando empezamos, contactamos con ellos y también con un grupo de impresores de Huelva. Ellos nos pasan los diseños con los que estamos trabajando, se ocupan del tema técnico, y nosotros los proveemos de material e impresoras y colaboramos con la distribución".

"Tenemos otros colegios como el de Andújar que por un tema de logística y comodidad en lugar de estar integrados en SAFAMakers colaboran con el grupo que hay en la localidad, aunque nosotros les mandemos material. Hay un clima de colaboración máxima entre grupos, sin mirar la procedencia ni nada por el estilo, ya que ahora mismo no tendría ningún sentido".

Sólo hay que echar un vistazo a la red, y a perfiles como el de la Fundación SAFA o Sevilla Maker Society para ver el alcance que están cobrando este tipo de iniciativas no sólo en Andalucía y España, sino a nivel global.