Controversia en el rugby español, ellas juegan; ellos, no: "Es una decisión cobarde y partidista"

La resolución del conflicto por coronavirus por parte de la Federación Española de Rugby tardó en llegar -cerca de un mes y medio-, pero, una vez comunicado, está lejos de representar a un sector importante del oval en España. La Comisión Delegada, encargada de dar voz al caos, publicó en la noche del jueves el nuevo rumbo de las competiciones. Ya entonces, el ruido provocado en las redes se convirtió en la antesala de un viernes protagonizado por la sensación de injusticia. El motivo: ellas tendrán que jugar; ellos, no.

En su desglose, la FER otorgó el título de campeón de la División de Honor en categoría masculina al VRAC Queso Entrepinares, que a falta de cinco jornadas para el cierre de la fase regular superaba al SilverStorm El Salvador en dos puntos. No obstante, con un único bache que esquivar en este tramo de incertidumbre causado por la pandemia, el rugby femenino sólo debería afrontar los play off por el título. No habrá -al menos, de momento- ‘perdón’ para el Sanse Scrum, el Club Majadahonda o el Complutense Cisneros, tampoco para las primeras de la tabla, el Universitario de Sevilla.

Las 'Cocodrilas', ya con la luz apagada, terminaron su lectura con cara de incredulidad. No obstante, aún lejos de rendirse, ya han movido ficha a expensas de una rectificación. Este viernes expresaron su firme disconformidad con una carta distribuida en redes sociales y escrita de manera contundente por Mariola Rus, presidenta del club. En dicho comunicado se argumentan paso a paso los diferentes obstáculos que habría que superar en una hipotética vuelta a la competición en términos de logística, físico y, cómo no, salud: "En la División de Honor femenina se toma una decisión que se nos antoja arbitraria, cuando se había concluido la Liga Regular. Desde nuestro punto de vista nos parece discriminatorio e injusto".

Las preguntas se amontonan, pero cabe aclarar un aspecto clave en su discurso, que descubre al mismo tiempo una reclamación legítima. La Federación informó hae un mes que la temporada no quedaría en blanco, por lo que todo quedaba en stand by a la espera, tensa espera, de una resolución. Mientras todo fluía, los clubes masculinos se hacían fuertes a través de su Asociación reafirmando su negativa a reanudar la competición. Su postura llegó a buen puerto y el curso ha quedado zanjado con un nuevo campeón, el mismo que albergaba la primera posición antes del anuncio del estado de alarma. Si hay campeón masculino, ¿por qué no en categoría femenina? "¡Queremos el mismo criterio!", reivindica una de las jugadoras en redes.

"Es una decisión cobarde y partidista"

Para aclarar la situación, Manu Sobrino, entrenador de las 'Cocodrilas' y capitán del Ciencias, atiende a ElDesmarque. "Lo único que pedimos es que tengan coherencia en las decisiones que toman. Hubiésemos entendido que la temporada terminase en blanco, pero no que diesen por campeones a los equipos masculinos. Cuando la Comisión, hace un mes, dice que no contempla de ninguna manera una temporada en blanco la única cosa que a mí se me ocurría, a mí y a todo el mundo que use un poco la lógica, es que se nos diese como campeonas de Liga o Liga Regular, que es realmente lo que somos”, aclara.

Durante la conversación, el técnico se presenta como portavoz de sus propias palabras, no del sentir del club. Sin embargo, es difícil entender una interpretación alternativa. Y añade: "No llegamos a comprender como se puede sacar una resolución tan diferente en dos competiciones equivalentes. Estamos un poco incrédulos, cuando empiezo a leer la parte del femenino me quedo atónito y así seguimos. Me parece muy valiente lo que ha hecho la Federación con el masculino, pero a la vez me parece que ha sido muy cobarde, muy interesada y partidista con el femenino".

"Interesada" porque, "por 'h' o por 'b', es la única explicación que yo le encuentro, ha habido personas que han forzado la máquina para que esto sea así. Quien toma la decisión es una Comisión Delegada que se elige en asamblea y los asamblearios son los que representan a los estamentos del rugby. No entro en si ha habido o no trato discriminatorio, pero no creo que haya sido una cuestión de género para nada".

Tomando nota de lo establecido en el comunicado, restan aún tres partidos para finiquitar la División de Honor femenina: dos semifinales y la final. Es entonces cuando aparecen los problemas, no hay fechas para la disputa de esa fase final, y se duda que los plazos aparezcan a corto plazo. La salud, punto clave de su reivindicación, depende de la evolución de la pandemia. El calendario aprieta, el inicio de la nueva temporada se mantiene en el limbo y la plantilla ha sufrido bajas; el rugby se nutre a nivel nacional e internacional y muchas volaron a casa para estar cerca de los suyos.

"No veo a la Federación haciendo test a 23 jugadoras por equipo, a entrenadores, al preparador físico. El rugby es un deporte de contacto total, íntimo jugador con jugador… ¿Cómo se va a asegurar la salud de las jugadoras? No creo que sea viable. ¿Cuándo se va a poder jugar? ¿Qué pasa con las jugadoras que se han ido, las llamamos para dos fines de semana?", se cuestiona. Son preguntas hoy día sin respuesta.

Claramente descontento con la situación, Manu Sobrino le augura un futuro negro a esta 'iniciativa'. El ruido ha roto la espera. El tratarse de un deporte de tanta intensidad tampoco ayuda, ya que necesitarían de una "pre-pretemporada y de una pretemporada", valga la redundancia, para poder afrontar mínimamente una lucha por el título nacional. Las instalaciones de La Cartuja continúan cerradas, atentas a la evolución de la desescalada. Mientras tanto, la emoción de querer ser campeón se diluye, inconscientemente, ante los últimos acontecimientos.

"Me daba igual quedar primeras o segundas, yo realmente lo que quería era jugar las semifinales en casa. Es una pena, la liga era muy igualada; en el caso de las chicas… la evolución, la masa social que había detrás, la gente que se había unido al tirón era muy grande", concluye. Nunca fue tan triste plantear un partido de rugby.