Nunca un minuto duró tanto para Juan Antonio Conejo Bernal 'Cone', portero del BeSoccer CD UMA Antequera (Primera División de la LNFS), que el pasado domingo 7 de febrero sufrió un intento de apuñalamiento en Coín. Regresaba de ver la primera mitad del Betis de su íntimo amigo Juanmi Jiménez, le pillaba el toque de queda y le dejaron a apenas 50 metros de su casa. Distancia suficiente para que un individuo de menos de 30 años, asegura Conejo, se abalanzara hacia él con un cuchillo en cada mano y amenazándole con matarle. "Él iba tocado y llevaba la pulsera (telemática de presos que han salido de la cárcel) puesta. No duró más de un minuto, pero se me hizo eterno. Pensé: 'Que pase lo que tenga que pasar", relata (ver vídeo superior) a ElDesmarque Málaga el guardameta umeño.
Recuerda Conejo cómo ocurrieron los hechos, prácticamente en la puerta de su casa: "Me quedo en estado de shock. Me lo encuentro de golpe, a un metro. Se vino el muchacho para mí, me intentó dar una puñalada. Lo pude esquivar porque fue rápido. Me dio en la parte izquierda del tórax, pero me rozó, no me llegó a pinchar". Después, reaccionó cayendo "al suelo con él", dándole tiempo a levantarse antes, a colocarse entre un coche y el agresor y a marcharse rumbo a su domicilio. "Me entró una presión en el pecho, ansiedad. Después de todo lo que pasó el muchacho me pidió tabaco", recuerda sonriente Conejo, que acto seguido llamó a la policía para denunciar unos hechos de los que informó Málaga Hoy.
Después conoció que, una vez arrestado el agresor, éste había pasado "ocho años en la cárcel" y, cuando se encontró con Conejo, iba "en busca de su expareja para hacerle algo al novio de su expareja". Pese a los hechos, que pudieron costarle un daño irreparable, el portero del UMA pasa página con un mensaje alejado del rencor: "Lo que pienso es que se reintegre con la sociedad, que cumpla lo que tenga que cumplir porque no lo ha hecho bien pero no le tengo rencor. Que piense y que eche cabeza, que cuando salga lo haga para disfrutar la vida, que la vida es muy bonita. Tiene 27 o 28 años y si lleva ocho en la cárcel como ha estado… dime la vida que lleva. Esperemos que vuelva a reintegrarse y que disfrute de la vida".
"Que piense y eche cabeza, que cuando salga lo haga para disfrutar la vida, que la vida es muy bonita"
La mala fortuna quiso que después de estos hechos Conejo diera positivo en coronavirus en uno de los controles rutinarios del UMA. Relata que "vino todo de golpe" y que "los cuatro primeros días sí estaba un poquito mal". No me hacía reacción el tratamiento. Me lo cambiaron y mucho mejor. Ya con ganas de entrenar. Quiero hacer lo que me gusta, mi trabajo. Quiero entrenar, ya mismo tenemos partido y hay que salvar al equipo", concluye con alguna tos esporádica Conejo, al que sus habituales reflejos bajo los palos le sirvieron para esquivar la hoja de un cuchillo en un minuto que pudo cambiarle la vida para siempre.