Una vez tiene prácticamente cerrada la renovación de su columna vertebral, el Costa del Sol Málaga quiere seguir apostando por las jugadoras de mucha proyección que ya estaban en la plantilla. Desde esa perspectiva se entiende la continuidad la próxima temporada de Rocío Rojas, uno de los valores al alza que está a las órdenes de Suso Gallardo. La primera línea, que llegó en enero de 2020, seguirá con su progresión en Málaga.
"Cada vez estoy siendo más importante, me siento muy bien en el equipo. Quiero seguir creciendo, estoy muy a gusto. Intentar cada vez ser más importante, quiero seguir trabajando y para arriba", asegura la natural de Ciudad Real, que hace balance de la inolvidable campaña pasada: "Ha sido un año increíble, no se puede describir con palabras lo que hemos vivido. Ganamos la Copa de la Reina, nadie se esperaba un título. Luego ganamos la Supercopa y otra vez igual. Después el título europeo fue la gota que colmó el vaso. Increíble, un año fantástico".
El título de la EHF European Cup marcó a Rocío Rojas: "Europa me pareció especial porque todo el año hubo que estar compitiendo, viajando que en la liga te perjudicaba...", explica la joven de 22 años, que habla del gran ambiente que se vivió en el vestuario del Costa del Sol Málaga como una de las claves del éxito: "El equipo ha estado muy junto, con muchas sonrisas cada vez que jugábamos. Disfrutamos mucho todas en el campo y eso es muy importante".
Antes de regresar a Málaga espera un verano ajetreado para la jugadora, que compagina el deporte de primer nivel con el Grado de Biología en la Universidad de Valencia. "Estudiar es muy importante y no hay que olvidarlo nunca, hay que formarse", razona la castellano-manchega sobre la trascendencia de apostar por otra vía alternativa al deporte, que ahora afronta la época de exámenes: "Ser deportista te dura 10 años y ya está, luego hay que tener un futuro en otro lado. Hay que seguir formándose porque llegas a los 30 y has sido muy buena en balonmano, pero no has hecho nada más".