Dicen que hay personas que “nacen para”. Nacen para ganar, para hacer reír, para correr, saltar, volar… Personas que nacen para un cometido concreto en esta vida. Y con ese fin, escriben una historia de la que aprenden los demás. Mario Mola quizás no haya nacido solo para un cometido concreto en esta vida. ¿O quizás sí?
El atleta mallorquín de triatlón atiende a ElDesmarque con motivo de su participación en una de las carreras previas a la Zúrich Maratón de Sevilla. Lleva desde 2019 diciendo en medios que, antes de retirarse, correr una maratón es uno de sus objetivos. La de Sevilla parece que es la carrera idónea para empezar cuando esté preparado: “Sevilla se ha ganado un nombre en mayúsculas dentro de las maratones de nuestro país. Tiene una gran historia y un circuito fantástico para correr deprisa. Son muchos los atletas de primer nivel que van a correr a Sevilla. Traté de buscar un sitio con un buen ambiente y donde correr deprisa para empezar”. Pero aún no ha llegado el momento. Quizás ese sea su cometido concreto en esta vida. O quizás no.
El triple campeón mundial de triatlón ha sido tres veces olímpico. De esas tres veces, dos ha obtenido un diploma, pero “cada una ha tenido su importancia”. Mola admite que en cada visita a unos Juegos Olímpicos ha llegado en tres momentos diferentes de su carrera deportiva. Para él, Londres 2012 “fue un premio, un regalo y una oportunidad de conocer lo que eran los Juegos”. Cuatro años después, en Río de Janeiro, admite que “quizás, llegó uno o dos años antes de lo que hubiese sido ideal”, pero que aquella carrera le convenció de que tenía potencial para ganar medallas. Y de hecho lo hizo: un mes después obtendría su primer título de campeón mundial y lo mantendría vigente hasta 2018 con dos victorias más.
En el caso de Tokio'2020, el atleta tiene sentimientos encontrados: “Considero que fueron los Juegos para los que me preparé", pero quedó en décimo lugar. No obstante, el arrepentimiento no parece existir en su vocabulario: “Es cierto que, al final, el resultado fue algo decepcionante en cuanto a lo que me hubiese gustado, pero hice todo lo posible para pelear, y cuando uno hace todo lo que puede, no se le puede obligar a más. Me quedo con esa experiencia y con la fuerza y el hambre que me ha dado para seguir adelante”.
De hecho, tiene claro que París 2024 es su objetivo: “Es el objetivo por el que voy a trabajar en este próximo ciclo, sin duda”. Mola tiene pensado ir “puliendo detalles” de cara a los Juegos en la capital francesa: “Cada año, uno va a aprendiendo de sus errores y de aquello donde cree que puede mejorar. Nunca he sido de cambios excesivamente drásticos. Mi objetivo será seguir manteniendo un buen nivel y seguir esforzándome en entrenos para intentar estar a mi mejor nivel aún. Y ojalá en 2024”. No obstante, en mitad del camino, Mario Mola quiere hacer una parada. En 2013 ganó el bronce en el Campeonato Europeo de Triatlón, y busca, desde entonces, subir puestos en ese podio: “Es una de esas carreras que, por haber estado centrado los últimos ocho años, nunca he tenido la oportunidad de preparar”. Ahora que el Triatlón se une al Campeonato de Europa que este año se disputa en Múnich, Mario considera que “eso hace que la carrera sea aún más especial. Y por supuesto va a ser uno de mis objetivos este año”.
Aunque sea un tricampeón mundial de esta disciplina, de vez en cuando se deja ver por alguna pista de atletismo. Tiene aún ese sentimiento de añoranza a aquellos tiempos: “Esa última vuelta, la parte táctica de las carreras de atletismo que no tiene un triatlón, el hecho de poner los clavos en el tartán… Son esos detalles que me engancharon al deporte, que por razones obvias dejé en suspense pero que, cada vez que tengo la oportunidad de salir, sin duda lo disfruto”, tanto como competidor y como espectador del deporte rey de los Juegos Olímpicos. Desde ambas perspectiva admite con orgullo que el atletismo español “goza de una salud fantástica ahora y eso nos hace disfrutar a los espectadores como hacía tiempo no disfrutábamos”.
En la misma balanza, analiza la trayectoria del triatlón en nuestro país desde la llegada de Iván Raña y Javi Noya. Una generación que él y otros triatletas han podido llevar adelante: “Los siete campeonatos del mundo de las últimas diez temporadas hablan de la salud que gozó o ha gozado este deporte”. Este hecho, según Mario, “no tiene que ser una presión para los jóvenes, pero sí un aliciente para trabajar y hacer las cosas bien”, dice recordando el último campeonato Júnior de Triatlón, en el que hubo medalla española.
Eso sí. La salud de deportes como el triatlón o el atletismo se mantiene viva con la ayuda de los medios de comunicación. “Eso siempre es clave”, reflexiona Mario Mola, “es algo que se nos escapa de nuestras manos. A donde podemos llegar nosotros es salir a competir, dar el cien por cien, dar ejemplo, luchar e intentar estar delante, porque todo eso ayuda a dar visibilidad. Pero está claro que la parte de seguir promocionando y seguir apareciendo en medios va de la mano de esos medios de comunicación. Ojalá que siga habiendo el interés por promocionar el deporte porque, sin duda, es fundamental”.
Desde bien niño, el deporte ha corrido por las venas de este joven mallorquín. Mola dice que considerarlo un “nadador” sería demasiado para aquel niño que disfrutaba nadando en una piscina. Pero el caso es que el agua y él hicieron buenas migas desde el primer minuto. Quizás nació para nadar. Al poco tiempo, Mola salió del agua para calzarse unas zapatillas de tacos y empezar a dejar volar sus piernas sobre una pista de atletismo. De ahí, en 2009, se colgó una medalla de oro como campeón nacional de 5.000 metros. Quizás nació para correr. Pero de pronto, un día, se montó en una bicicleta y salió a rodar. Quizás nació para pedalear. Quizás, Mario Mola, nació para más de un solo deporte.
A sus casi 33 años, Mario mira ahora a aquel niño que se echó a la piscina y tiene claro que le diría que “no abandonara”: “Hoy en día los chicos están acostumbrados a ir saltando de deporte y después no engancharse o cansarse y encontrar motivación en otras cosas. Pero que, perseverar merece la pena. Independientemente del resultado, creo que es una lección al final para el futuro”.
Para finalizar la entrevista, Mario hace un repaso a su carrera. Dice recordar más los buenos momentos que los malos: “El primer y el tercer mundial, por cómo lo pude conseguir, son momentos muy especiales, así como el debut olímpico o la oportunidad en Río”. Pero aún así, no puede evitar mencionar un mal momento de su vida: “El momento en el que Carol (Routier), mi pareja, tuvo un accidente y me tocó remar en solitario, cuando acostumbraba a hacerlo de forma conjunta. Ahí es cuando te das cuenta de las cosas importantes de la vida”. Más allá de eso, Mario tiene claro que “una mala carrera no tiene derecho a ser llamado un mal momento”.
Mario Mola quizás nació para más de un solo cometido concreto en esta vida. Quizás para algo más que un triatlón, una maratón o el atletismo. Pronto será padre de su primer hijo, y tiene claro que tratará de “no explicarle demasiado y que sea él el que vaya viendo y conociendo lo que su padre pudo hacer”. Según él, “lo importante es que elija y disfrute lo que le apetezca, y a partir de ahí, mi objetivo es estar al lado para poder apoyarle y darle todas las facilidades para que eso ocurra”. Quizás su hijo nazca para sólo una cosa. O para muchas juntas. Como su padre Mario Mola.