Javier García y Jaime Canalejo se proclamaron subcampeones del mundo de la modalidad de dos sin timonel el pasado 24 de septiembre. Es el fruto de mucho trabajo y de mucha compenetración, algo que no se ha visto afectada por una rivalidad futbolística: Jaime es del Sevilla y Javier del Real Betis. El pique, su complicidad y su esfuerzo se puede ver en el vídeo superior.
La medalla supone un hito histórico al tratarse de una modalidad olímpica. Hacía 32 años que el remo masculino español no se llevaba una medalla. Los últimos en hacerlo fueron José Ignacio Bugarín e Ibon Urbieta en el dos con timonel del Mundial de 1990 de Australia.
Los remeros del Club Náutico de Sevilla se quedaron a las puertas del oro. Los rumanos Marius Cozmiuc y Sergiu Bejan superaron a García y Canalejo en todos los pasos intermedios y terminaron los 2.000 metros en 6:28.06. Los andaluces en 6:29.27. El bronce fue para los británicos, que terminaron la carrera en 6:30.86. Tras ellos, Serbia, con un tiempo de 6.33.98, Australia (6:37.90) y Nueva Zelanda (6.38.54).
Como no podía ser de otra manera, en la regata Sevilla FC – Real Betis deben remar en botes diferentes. El Betis lleva diez años consecutivos llevándose El Cocodrilo, pero el bético confiesa que “El Sevilla tiene un equipazo. El año pasado nos costó muchísimo ganar la regata. Ellos quieren darle la vuelta a la tortilla”.
Como dicen en el reportaje, todo se sostiene porque es un “pique sano”. De hecho, tal y como comenta Jaime, tras las regatas, los dos equipos se unen para celebrar la carrera. “Después viene, como en el rugby, el tercer tiempo. Nos juntamos los del Betis y el Sevilla y hacemos una fiesta que puede durar… ¡semanas!”
Llevas razon Alfonso ya tenemos el ejemplo del tal Palmerin, que tiene que haber recibido nada de educacion y menos estudios que una liebre, un saludo
ten cuidaito con el verdolaga,que seguro que da menos palas que tu,y encima se lleva la gloria de tu trabajo.que esta gente solo saben tocar la guitarra y contar chistes,lo de trabajar,chungo.
Como siempre ha sido en nuestra ciudad, una ciudad con la guasa bien entendida por las dos partes, pero siempre hay "malajes", por llamarlos educadamente, en los dos lados que ensucian este ambiente.