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Del "sí se puede" a la cerrada ovación a Carreño pese a la derrota: el público de Málaga cumplió con creces en la Copa Davis

El Palacio de los Deportes José María Martín Carpena ha vivido una preciosa tarde en la primera eliminatoria de España en las Davis Cup Finals 8 en Málaga. El primer partido de estos cuartos de final era a las 16:00 horas y, pese a lo intempestivo del horario en un día laborable, el ambiente en las gradas del pabellón malacitano era digno de la gran tarde noche de tenis que quedaba por delante y que no finalizó como todos deseaban, pues España cayó derrotada en dos partidos ante Croacia.

La entrada del combinado español a pista fue una auténtica fiesta, como puede verse en el vídeo que encabeza la noticia y eso que todavía no había terminado de acceder todo el público, que acabó por alcanzar la cifra de 9.486 personas. El himno nacional de España resonó con fuerza entre banderas, bufandas y aplaudidores rojigualdos al aire. La expectación era máxima desde todos los puntos del graderío del Carpena.

Durante el partido entre Coric y Bautista, dos espontáneos de Futuro Vegetal se colaron en la pista para hacer una reivindicación, pero fueron expulsados enseguida por la seguridad del pabellón entre pitos y abucheos del público.

No faltaron tampoco los espectadores de lujo, como el karateca malagueño, medallista olímpico, Damián Quintero, o Borja Vivas, exlanzador de peso y actual director del Área de Deportes de la Diputación de Málaga, que estuvieron muy atentos al transcurso de la eliminatoria entre croatas y españoles.

Eso sí, no falló a su vez la afición croata, que se plantó en Málaga con charanga incluida. Como era de esperar, eran mucho menos numerosos, pero hacían mucho ruido.

Presentación del equipo español en la Copa Davis.

Un impulso para creer que no fue suficiente para España

Tras la derrota de España en el primer partido, hubo muchos que aprovecharon para tomar un refrigerio y tardaron en volver, pues ya estaba avanzado el Cilic-Carreño cuando las gradas todavía no presentaban el aspecto de antes.

Pero en cuanto volvieron a llenarse y el asturiano necesitó del aliento del público español, ahí estuvo el respetable: animando, empujando, ovacionando.

Por ponerle un lunar a la afición, le costaba callarse cuando los puntos eran largos, sin llegar a provocar la desconcentración en los jugadores, pero sí creando un murmullo muy desagradable e incluso se escuchaba algún silbido justo cuando Cilic estaba para soltar la pelota en sus saques. Un punto desfavorable que empañó un poco esta fiesta del tenis.

Sin embargo, al grito de 'Sí se puede', el público hizo a Carreño creer en la remontada. Y el último set del segundo partido fue de auténtica locura. Acabó en un tie-break que provocó una cerrada ovación para el asturiano, pero que finalizó con un doloroso 7-5 en el luminoso del Carpena que dejaba a España fuera de la Copa Davis.

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