La joven malagueña Raquel Lázaro ha dado un paso de gigantes en su carrera como jugadora profesional de voleibol, pues ha fichado por el Megabox Villafoglie de Italia, país donde este deporte es de élite. Tras finalizar sus estudios universitarios en Estados Unidos, con una última etapa donde ha militado en la NCAA con el Cardinals de Louisville, la colocadora se ha convertido en uno de los tres refuerzos firmados por el conjunto italiano en los últimos días, decidido a dar un salto de calidad para la segunda mitad de la temporada.
Raquel es hija del mítico jugador de baloncesto Jesús Lázaro y de él ha heredado el gen competitivo. En Louisville ha cerrado su aventura estadounidense de una forma magistral, llevando a su equipo en volandas a la mismísima final de la NCAA, disputada ante 17.000 espectadores hace algunas semanas. Esto colocó a Lázaro en el punto de mira de los grandes clubes de voleibol a nivel internacional y finalmente el Megabox le ha abierto una puerta que supone una gran oportunidad para la malagueña.
Junto a ella, arriban al conjunto del este de Italia otras dos jugadoras de la talla de Andrea Drews, que fue campeona olímpica con Estados Unidos, y Eleonora Furlan, central campeona del mundo con el país transalpino.
Tal y como confesaba en una entrevista para Málaga Hoy, comenzó jugando al baloncesto cuando era pequeña, pero enseguida se cambió de pista y de balón y descubrió que su verdadera pasión era el voleibol.
Ahora, Raquel Lázaro, habitual en las convocatorias de las Leonas, como se conoce coloquialmente a la selección femenina de voley, tiene una oportunidad de oro para hacer historia. Es una de las grandes promesas del voleibol español y, a sus 22 años, tiene por delante un futuro que parece brillante.