La pasión por Andalucía no se puede entender si no has pasado por allí y esto no sólo enamora a aquellos que han nacido en una de sus ocho provincias, como Carolina Marín, sino también a croatas como Ivan Rakitic o mexicanos como Andrés Guardado. Otro enamorado de la Comunidad del Sur de España es el baloncestista checo Tomas Satoransky, que ha alucinado con el spot Andalusian Crush, de la Junta de Andalucía, y ha contado su experiencia viviendo en Sevilla.
Al base del Barça le han venido muchos recuerdos a la cabeza viendo el anuncio, como la Semana Santa, que reconoce que le daba "un poco de miedo a veces" o el flamenco, que echa "mucho de menos". "Está muy bien hecho el spot. Si cierro los ojos y sólo escucho, me entran muchos recuerdos. Mucha nostalgia, muchos recuerdos. Realmente tengo que ir otra vez para visitar la ciudad porque la echo mucho de menos", valoró.
En 2009, un joven Tomas Satoransky, con sólo 17 años, firmó por el Baloncesto Sevilla para iniciar una etapa de cinco años que le marcó: "Llegué con 17 años y fue algo súper bonito. Fui muy afortunado de ir a Sevilla y Andalucía porque me acogieron con los brazos abiertos y es una de las razones por las que España es mi segunda casa. Me enamoré de este país. Pasé cinco años muy importantes de mi vida y muy bonitos".
"Cuando estuve sobre todo en Estados Unidos, por ejemplo, quedaba con gente que había conocido Andalucía o España y te gusta hablar de eso, de qué tal es la vida en Andalucía, de lo bonito que es", explicó el jugador, que pasó por las filas de Washington Wizards, Chicago Bulls, New Orleans Pelicans y San Antonio Spurs en la NBA.
Satoransky aterrizó en Sevilla y quedó prendado de muchos lugares tanto de la ciudad hispalense como de toda Andalucía: "Hay muchos sitios muy bonitos. La zona de Paseo Colón, al lado del Puente de Triana, el Parque María Luisa... Pero a nosotros nos encantó también la Plaza de la Encarnación. También Nervión porque allí viví mucho tiempo durante mi época en el Sevilla".
"Lo que me gusta de Andalucía es que cada ciudad es un poco auténtica. Obviamente porque jugaron ACB, vi Málaga y Granada, que me encantaron. Luego visité también Ronda, que es muy especial para visitar, Córdoba, Cádiz, Huelva... Realmente, he visto bastante", recuerda el checo.
Algo que le quedó pendiente es visitar Sierra Nevada para practicar esquí, aunque para ello tenga que esperar al final de su carrera al ser un deporte de riesgo: "A mí, como soy de un país en el que nos gusta esquiar bastante y ahora mis niños han empezado a esquiar me gustaría en el futuro, ya cuando no sea jugador de baloncesto, ir a Sierra Nevada para esquiar. Me parece un lugar muy especial para esquiar en Andalucía y me gustaría intentarlo".
Tomas Satoransky destaca el carácter de los andaluces y un clima que considera clave para ello: "Llegué con 17 años como un niño y la gente me ayudó a crecer y a salir de Andalucía como un hombre, y creo que son gente muy alegre. La generosidad de la gente te ayuda a estar tranquilo y a sentirte como en casa, que es muy importante para un chaval de 17 años. Gracias a eso, también aprendí español muy rápido y me gustaba estar con la gente fuera del baloncesto. Me ayudaron también a superar el tiempo cuando echaba de menos mi casa. El clima es espectacular. Yo también creo que esto ayuda con el carácter de la gente. Ahí se crea esta personalidad".
Otra de las cualidades de las que quedó prendado el base fue la gastronomía, con varios platos de los que incluso sus hijos han quedado prendados: "Me presentaron la primera vez la gastronomía de España y va un poco con el clima porque es muy ligera. Va bien con la vida del deportista pero en aquella época, con 17 años, me daba igual lo que comiera. Para eso va tan bien Andalucía. Gazpacho, salmorejo, que algo que como bastante hasta ahora, el pescaíto frito, los calamares a la andaluza, que es el plato favoritos de mis niños...".
Por último, Satoransky ha querido dejar un mensaje hacia Andalucía y para todos aquellos que deben visitar esta tierra que también considera su hogar: "Como digo, es mi segunda casa. No me siento en ninguna parte como en Sevilla. Hay pocos sitios del mundo donde vas a encontrar el mismo ambiente como en Andalucía".
"Tienes que ir por las calles, tienes que ir a un bar de flamenco y ver la historia de eso. Es muy difícil de explicarlo sin verlo o sin sentirlo. Ven a Andalucía para vivirlo tú mismo", finalizó el de Praga.