El tenista gijonés de 22 años, número 62 del mundo, se llevó la primera manga con una gran autoridad, y eso a pesar de quedarse por debajo del 50% en primeros servicios. Un porcentaje que debe mejorar, aunque en esta ocasión no se vio perjudicado y solo cedió dos puntos con su saque. Por el contrario, Carreño rompió el servicio de Dodig en el tercer juego y cerró el set con otra rotura en el noveno.
En la segunda manga, sin embargo, el croata recuperó su mejor virtud y presentó más batalla haciendo gala de su perfil sacador. No fue menos el asturiano, que elevó aún más su solidez al servicio y aprovechó su oportunidad al resto en el octavo juego. Una rotura definitiva que confirmó acto seguido, cerrando el partido con un juego en blanco y logrando su primera victoria en un cuadro final de un Masters 1000.
Ahora, Pablo Carreño se enfrentará en segunda ronda al ganador del duelo entre Kevin Anderson (19) y Gael Monfils (24). Precisamente frente al primero perdió en los octavos de Casablanca en 2013. Después, en tercera ronda podría enfrentarse con Novak Djokovic.