El balón está en manos del portero del Usurbil, al que le basta con la lanzarlo lejos de su área cuando pite el árbitro para iniciar el saque. No hay posibilidad de fallo ya que el tiempo no da margen a una recuperación y posterior contrataque por parte del Poio. Sólo un milagro puede salvar al equipo gallego. Sin embargo, un error inexplicable hizo levantar todas las sospechas.
Ante la mirada incrédula de los aficionados y jugadores del Cronistar Base Oviedo, el portero del cuadro Guipuzcoano decide ceder el balón al último de sus defensas que está siendo presionado de forma incesante por los jugadores del Poio. El defensa se duerme en la recepción y los jugadores del equipo gallego se hacen con el balón al borde del área para batir sin ninguna oposición al guardameta vasco. Empate a 23 y los 2 equipos finalizan el partido en los puestos de ascenso a Primera División Nacional.