Victoria del Mislata en Mataró ante un rival que nunca se rindió (32-35) Saber disfrutar y saber sufrir. Una primera parte de alto nivel y una segunda mas igualada . La palabra defender fue clave los primeros 30 minutos, la palabra madurez en los segundos. El equipo inició el partido intenso, fuerte, concentrado. Trabajó a destajo y sacó redito a ese trabajo. Tras el descanso cambió el guion pero en los momentos claves apareció la madurez de este joven equipo para sumar dos nuevos puntos.
La primera parte comenzó con el equipo muy serio en defensa y las ideas claras en ataque. El equipo de Mataró trataba de digerir el duro hueso que supone el entramado defensivo de las de Mislata. Sin ideas claras a la hora de buscar el gol, las catalanas veían como la diferencia en el marcador aumentaba con el paso de los minutos. Las diferencias rondaban los seis y ocho goles y tan sólo con superioridad numérica conseguía Mataró evitar una distancia mayor. Al descanso se llegó con 12-18 para Mislata.
En la segunda parte salió con fuerza el conjunto catalán. Buscaba gritas en el muro rival y las encontró. El paisaje había cambiado, en el intercambio de golpes parecía que ganaban las catalanas. Redujeron la distancia y se pusieron a dos. Y es que los partidos son largos y hay que saber jugarlos. Y eso hizo Mislata. Jugar con su ventaja, perder la batalla pero ganar la guerra. Tiró de saber estar para no dejar que su rival se sintiera ganador. Volvió a los cinco de ventaja y sólo alguna precipitación final sirvió para dejar la diferencia en tres (32-35). Victoria merecida. Toca seguir