Del grupo de 14 atletas que quedó en cabeza, con todos los favoritos africanos, se formó otro de sólo 7 unidades que disgregado en el ecuador de la distancia, ofreció la verdadera estampa de la pruebas. Es decir, Ebuya y el eritreo Medhin emparejados y en cabeza, y un trío formado por Vicent Chepkok y Luchas Rotich, de Kenia, más el etíope Hunegaw Mesfin, detrás. El resto de los corredores, blancos, negros o cobrizos, marchando en pequeños grupos o en solitario, fueron meras piezas de compañía en el precioso circuito de Jauregibarria, con justicia uno de los mejores del mundo de esta modalidad deportiva.
Joseph Ebuya no quiso distraerse de su prioridad máxima, ganar, y para no hacer brotar las dudas sobre el vencedor indiscutible dio un cambio de ritmo después del kilómetro 7 que hizo añicos las esperanzas de su hasta entonces "compañero de viaje", Medhin. El eritreo quedo primero distanciado en 15 segundos, luego, reventado físicamente, superado por los rivales que tenía a la espalda y finalmente distanciado un minuto y 17 segundos del triunfador. Las piernas de Ebuya, que funcionaron como una máquina bien engrasada, le permitieron alcanzar y eliminar de la carrera a medio centenar de atletas.
La principal carrera femenina, sobre 6,7 kilómetros, la resolvió favorablemente la eritrea Nazareth Weldu, una corredora de 21 años con un par de experiencias en el mundial de cross sin llamar la atención. Invirtió 23:45 y obtuvo 8 segundos de ventaja sobre Priscah Jepleting Cherono, keniana 10 años mayor y con la etiqueta de quinta en el mundial del pasado año en Punta Umbría (Huelva). La catalana Lidia Rodríguez, con la camiseta del club bilbaíno Ercoreca-Santutxu, dio un arreón final que le condujo al 'bronce'.