Y es que los Tuilagi, Melé, Taofifenua y compañía han terminado imponiendo la lógica en el estadio Aime Giral, un escenario que seguro que tampoco olvidarán los gernikarras. La experiencia de poder visitar estos feudos del rugby es una oportunidad única que sólo la Amlin concede, que muy probablemente no se vuelva a repetir.
Eso sí, los franceses tuvieron que batirse el cobre en la primera mitad para superar a un Bizkaia Gernika que planteó un muy serio partido y que supo frenar al USAP para además acercarse a la veintidós rival y crear peligro. De hecho, al descanso se llegó con un 33-12 más que ilusionante, y que premiaba la buena labor realizada por los basurdes. Esta vez no hubo ensayo de los de la Villa Foral, sino que fue el irlandés Declan Cusack el que logró con el pie todos los puntos.
En la segunda mitad, la cosa cambió. USAP empezó de nuevo con mucha fuerza, y fue poco a poco metiendo en su campo a un Bizkaia Gernika físicamente inferior. Al final, sucedió lo más lógico y los de Marc Delpoux se dieron un empacho de ensayos durante los segundos cuarenta minutos. La diferencia de nivel entre el profesionalismo del equipo galo y la fuerza de voluntad del Bizkaia Gernika se dejó sentir sobre el terreno de juego. USAP dominó de principio a fin sin ninguna concesión a los de Oscar Astarloa. Ni siquiera cuando comenzó el baile de cambios pudieron los verdinegros armar su juego.
La próxima cita europea para el Bizkaia Gernika será tal vez la más asequible, la que permita soñar a los verdinegros con una victoria en la segunda competición europea de clubes. El 8 de diciembre los basurdes recibirán en Urbieta al Rovigo italiano, la otra cenicienta del grupo.