Tras esta derrota, a los de Todd Dammers les toca centrarse en la Liga y comenzar a remontar el vuelo para salir de la delicada situación clasificatoria en la que se encuentran.
En el campo de El Pantano, el juego dinámico del conjunto local desarboló en la primera mitad a un Getxo Artea que presentó un equipo en el que faltaban algunos jugadores habituales en el quince de Todd Dammers. Con Edu Sorribes como protagonista, La Vila gozó casi todo el tiempo de la posesión del oval, manejándolo con velocidad y encontrando con relativa facilidad los huecos para entrar hasta la zona de marca gualdinegra. Sólo cuando estuvieron en superioridad por amarilla al local Davies, los vizcaínos se acercaron con cierto peligro a la veintidós rival, pero sin éxito alguno. De ahí el contundente resultado con el que se llegó al tiempo de descanso. Carrión, Chivers y Sorribes en dos ocasiones lograron ensayar para el cuadro vilero, dejando el encuentro muy encarrilado con el 31-3 que mostraba el luminoso al término de la primera mitad.
Aún así, el Getxo Artea no dio el partido por perdido, ni mucho menos. Todo lo contrario. Protagonizó 30 buenos minutos de juego en la segunda mitad, que le permitieron soñar incluso con la remontada. Al tempranero ensayo del australiano Baillie le siguió otro del joven Beñat Lavin, que les metió de lleno en el partido. La Vila no conseguía frenar el empuje de los getxotarras, y llegaron un par de marcas más en menos de diez minutos: una jugada completa de Brad Linklater y una acción plena de potencia de Gorka Garate, que logró posar el oval entrando desde atrás y rompiendo la defensa vilera. Un par de golpes de Sorribes entre medias de ambos ensayos dejaban un ilusionante 37-31 marcador con todavía veinte minutos por disputarse. Lo siguieron intentando los jugadores del Getxo Artea, pero La Vila se rehízo atrás y frenó sus acometidas. Poco a poco, los locales fueron recuperando el control del oval y creando cada vez más peligro. En el 70 de partido, Paco Martínez salía de un maul para ensayar y estirar la ventaja vilera en el marcador. En las postrimerías del encuentro, con los vizcaínos en inferioridad por la expulsión de Aboitiz, Chivers conseguía el segundo en su cuenta particular y apuntillaba a un Getxo Artea que pagó demasiado cara su mala salida al partido.