El lemoarra y Jose Manuel Fernández, que le ha acompañado en esta incuesión, han ya llegado al Campo Base (5.250 metros) en pocas horas, llegando hasta los 30 grados bajo cero durante la noche. Aún así, los montañeros han dormido bien y este sábado se han puesto pronto en marcha en una travesía "muy peligrosa", según relatan los propios expedicionarios. Incluso señalan que han pasado "mucho miedo" debido a la tremenda profundidad de la nieve.
“Había tramos en los que la nieve llegaba al pecho, y nos ha tocado arriesgar un poco, sin poder permitirnos ningún fallo técnico. Por supuesto, aquí juega un papel importante la intuición y el oído, para estar al loro de si cae alguna avalancha. Un trabajo muy duro. Hemos dejado allí las cuerdas y todo lo necesario para la escalada. El paisaje ha sido una pasada: el K2, el Broad, G4, 3, 2 y G1… A las dos del mediodía hemos empezado a descender, y en el camino al Campo Base nos hemos encontrado con el relevo, que se dirigían al C1 para pasar allí la noche de hoy. A ver cuándo tenemos una pequeña ventana de buen tiempo para tirar hacia cumbre", explica Txikon.