La verdad es que pese a sus bajas el equipo de Iñaki Zurimendi, intenso, enchufado a tope no dió opciones, especialmente en una más que notable primera parte en la que tan solo el buen hacer de Magunazelaia bajo palos salvo a los cachorros de encajar alguna diana más.
El equipo de Ziganda estaba espeso, no combinaba a gusto y a duras penas pudo superar la presión de un Barakaldo rocoso y que jugaba con una marcha más. Ni siquiera la lesión de Borja Basagoiti alteró su caminar a por un triunfo que le permitía dormir en zona de play-off y esperar transistor en mano a ver si la 35ª jornada le deja una semana entera en esa cuarta plaza.
En el segundo periodo sí empezó a dar la sensación de que el filial rojiblanco iba a meterse en la pelea, no en vano aún lucha por la primera plaza del grupo y su buen fútbol ha llenado páginas en esta temporada. Pero lo cierto es que fuera de Lezama últimamente las cosas están rodándole peor, y acumula ya tres derrotas y dos empates en sus cinco últimas salidas.
Con un choque más equilibrado llegaba sin embargo el gol local en el minuto 52, con el decimocuarto tanto de Jon Orbegozo, actual pichichi del grupo II.
Para colmo de males rojiblancos, Goti erraba una ocasión clarísima poco después para empatar, y en el minuto 65 Erik Morán era expulsado por doble amarilla cercenando cualquier opción, ya que esta vez los fabriles sí que supieron guardar la ropa y borrar la senda al marco de René.