Según ha podido conocer ElDesmarque Bizkaia, medio Grupo II de Segunda B sondea su fichaje para la próxima campaña. Barakaldo, Real Unión, Amorebieta, Eibar y los dos Logroñés se han interesado por sus servicios, aunque hasta que no acabe el actual curso y finiquite su contrato en junio, no tomará ninguna determinación.
La idea de Hernáez, de 27 años, y pasado en Cultural de Durango, Eibar, Bilbao Athletic, Zaragoza B y Sestao River versa encontrar acomodo en un Segunda A, aunque, tal y como está el fútbol, cada vez se complica más. No obstante, un club de la categoría de plata también le contempla.
De momento, queda por clarificar las posiciones de cada equipo con los playoffs de por medio, pero lo cierto es que Hernáez es una de las sensaciones del grupo y de la categoría. La vida deportiva del jugador eibartarra ha resultado un auténtico tobogán, con muchos dientes de sierra, con un paréntesis retirado de la práctica activa (tenía 17 años) y refugiado en el fútbol 7 con la cuadrilla, y pasando dos veces por el quirófano para soldar sus articulaciones en dos operaciones de ligamentos cruzados en ambas rodillas. Pero nada ha podido con él. No se ha arredrado y ahora recoge la cosecha.
Se formó en las categorías inferiores del Eibar, pero no ha podido triunfar en el primer equipo por falta de oportunidades, pese a sellar insertado en su plantel un ascenso a Segunda.
Lo mismo le ocurrió en el Bilbao Athletic, con escaso minutaje con Kike Liñero de entrenador, pero con algunas sesiones a las órdenes de Caparrós en compañía de Susaeta.
En el filial del Zaragoza paladeó su única experiencia alejado de Euskadi. También se ejercitó en el élite con los Aimar, Ayala o Milito, pero la segunda lesión de ligamentos le diezmó demasiado y le dejó en la cuneta sin debutar en Primera. Las Llanas le recibió con los brazos abiertos y ha logrado identificarse con sus colores y su mística en esta larga travesía.
Después de cuatro temporadas militando en el Sestao River, Josu Hernáez, como ya ocurriera con otros ex verdinegros de progresión tardía como Del Olmo, Toquero y Koi, todavía no ha pronunciado su última palabra. Lo mejor parece que está por llegar.
En el equipo de Ribera, empujado por su notable técnica, ordena, dirige el juego, asiste entre líneas, centra escorado a las bandas y marca (hasta seis goles) internándose por el pasillo central. Un multiusos al que siempre recurren sus compañeros cuando los partidos se atascan. Este domingo se afanará en que el River continúe en la división de bronce asumiendo ese liderazgo del que hace gala.