La directiva rojinegra deberá guardar los fuegos artificiales, esperemos que para el próximo verano, pero ha logrado algo que vale su peso en oro. Recuperar la ilusión arenera y el sentimiento de pertenencia al Arenas Club de Getxo arropado por un gran patrocinador que seguirá, al menos, tres años más con esta bonita aventura.
Se ha sembrado para futuro, muchos niños han empezado a acudir a un campo que va a ser mejorado. La apuesta está hecha, ahora falta culminar los buenos cimientos fijados en Romo y Las Arenas con la llegada a Segunda B.