Un Arenas que se tuvo que emplear a fondo en la jaula de Gobela para orillar a un filial babazorro dotado de mucha calidad y que se presentaba con 62 puntos, quinto, inquietando las posiciones aristocráticas de Portugalete y Basconia. Pero los de Bolo se sobrepusieron a las adversidades, con dos penaltis reclamados y un larguero de Aranbarri, tirando de raza y aprovechando al máximo las jugadas de estrategia, con los cabezazos de sus jugadores. Ripollet había sembrado el pánico en el minuto 68, cuando igualaba el envite desde medio del campo, sorprendiendo a Txemi Talledo. Pero en el minuto 90, cuando se mascaba la equis, un balón suelo en el área alavesista fue aprovechado con la testa por Jaime Zumalakarregi, que asienta al Arenas en la segunda plaza, con 69 puntos, a falta de la última jornada en Oiartzun. El equipo guipuzcoano todavía no está salvado de la quema en esta exigente y competida Tercera División. El ascenso para el Arenas sigue siendo un sueño alcanzable.