El bilbaíno encara este desafío, que "no ha intentado nadie hasta ahora como entrenamiento", como "una prueba de fuego tanto física como mental" y también mecánica para el coche ya que sus previsiones son dar unas 144 vueltas al circuito de diez kilómetros para sumar, por lo tanto, 1.440 kilómetros. No será la primera vez que 'Livingstone' afronte tanto tiempo sentado frente al volante de su Mitsubishi Montero ya en la en el Dakar 2012 hizo frente a dos jornadas de 24 horas pilotando al tener que empalmar en dos ocasiones la etapa de competición con el traslado al siguiente punto de salida.
"La máquina es importante, pero tanto o más lo es la mentalidad del piloto. Debes estar preparado para cualquier situación imprevisible, sobre todo cuando, como yo, lo haces en solitario", comenta Corcuera