Ante el Real Madrid Castilla, Gorka Luariz caía en batalla. Un mal gesto y la rodilla izquierda, ya operada en su día, se quebraba. Se temía lo peor, rotura de ligamentos, felizmente resuelta en un mal menor con la afectación de la cápsula que recubre la articulación. Total dos o tres meses, eso sí, sin pasar por el quirófano. “Lo importante es estar para la pretemporada que viene bien para poder jugar. Espero que algún equipo apueste por mí y estar a tope lo antes posible”, subraya.
Luariz, con sus 7 goles a cuestas en un equipo extremadamente joven. “En varios años con su calidad se notará. Nos ha faltado esa falta de madurez”, narra sobre el conjunto teconológico. Pese a ser del 92 ha dado muchas vueltas: Antiguoko, coincidió con Meho Kodro, Basconia, con Galarreta o Ager Aketxe, Real Unión, Laudio, Gernika, Arenas, Tudelano y ahora Zamudio. “Por unas circunstancias o por otras, no he tenido suerte y yo también soy de cabeza dura y me ha afectado”, reconoce.
Vive en Donosti y trabaja de noche en el negocio familiar de su padre, el Hotel Elizalde de Oiartzun. Será internacional por Guinea Ecuatorial, donde Goiko primero y Zarandona después, le han tentado. Aún no ha pisado el país de su madre: “Sí, iba a ir antes de la lesión y me gustaría. Me han llamado más de una vez, pero por unas cosas o por otras no he ido”, señala el fan de Ronaldo, potencia y gol al que trata de emular.