El Racing de Carlos Pouso, rival directo del Bilbao Athletic por un playoff de ascenso en la zona noble, perdió gran parte de sus posibilidades al caer en Zubieta y fallar de nuevo ante el Real Unión en El Sardinero, ya con el filial rojiblanco lanzado hacia la gloria de la liguilla: "Tenía claro que si venía aquí era ascender o irse. Hay que ser honesto: ¿posibilidades de que siga en el Racing? Cero”, lanzó con su habitual franqueza.
Carlos Pouso, que cambió en enero la comodidad de la secretaría técnica de la UD Logroñés por el reto del Racing, supliendo a Ángel Viadero, era muy consciente del todo o nada, de la cara o cruz, de la machada o el fracado. Lo asume: "Todos hemos metido la pata y todos debemos reconocerlo. Hay que ser humildes y pedir perdón. En mi debe va el no haber podido insuflar esa agresividad y carácter a mis jugadores", subrayaba después de no poder noquear a un Real Unión que nada se jugaba y con el Bilbao Athletic orillando al Tudelano en Lezama.
Pouso ha manejado una plantilla que auguraba mayores réditos, pero que se ha desconchado en el tramo final contra todo pronóstico: "Considero que estos jugadores tienen más capacidad de la que hemos podido demostrar", aunque la presión les ha agarrotado: "Nos ha faltado ese carácter para superarla". En este sentido apostillaba que "reconozco que hoy no hemos tenido fe. Se ha visto desde el principio. El ambiente nos ha superado y nos ha costado encontrar el ritmo".