Cuando un penalti hace injusticia. Mil maneras de empezar una crónica, pero tan sólo vale una. Del mismo modo que una lectura del partido debe hacerse aunque el fútbol de este 'Portugalete - Castellón', ida de la final del play off de ascenso a la Segunda B, haya dado para tanta lucha, tanta pasión, tanto colorido en la grada, tanta alegría y tanta rabia a la hora de sentir y asimilar los dos goles por parte de los futbolistas sobre el verde.
Y de las dos aficiones, que han convertido el estadio de La Florida en el 'Teatro de los Sueños'. Portugalete: 'Noble Villa', 'Histórico Club'. Segundo de Bizkaia, únicamente a la zaga, que no detrás, del Athletic Club, 'Since' 1898, 120 años, once más que el 'Club Portugalete', un 'Portu' colosal que ha dignificado este hermoso juego llamado fútbol por encima, muy por encima, de un Castellón, capital de La Plana que se ha visto arrinconada hasta el fondo de un callejón sin salida, pared sin ventanas, paredón, la espalda contra la portería, mirando anonado a un rival que, aún sin postularse su enemigo, le ha descerrajado un tiro 'de cabeza', y otro con el empeine del pie que, de no haber sido por los portentosos reflejos de Zagala, portero alabado y jaleado en una pancarta tras su portería, habría sido el segundo de la tarde.
Y, por extensión, el llamado 'de gracia' ya que el 'poderoso' Castellón de Garrido, su máximo accionista, Montesinos, su presidente, y Sergi Escobar, su amable entrenador, no había sido capaz de violentar las mallas de Mediavilla, un portero virtuoso que, en este penúltimo lance de la fase de ascenso, se convierte en espectador aventajado por estar situado en el ajo, privilegio para, desde casi 100 metros, su mano como visera en lo alto de su frente, disfrutar del maravilloso gol que está a punto de marcar 'Gabri' Ortega.
A punto. Aún, no. Garmendia, y lo de este chico se ha convertido en vicio, se apresta a botar un córner desde el banderín derecho que la afición de los de Castalia agita con su aliento.
Tocadito. Al punto de penalti. Allí se eleva 'Gabri', la 'Pantera Rosa' de la gótica catedral de Burgos. Elegante. Liviano. Esbelto. Parece que se va a descomponer y, de pronto, como si fuera el titiritero que maneja sus propios hilos, marcando los tiempos, como se dice, hallándose en el punto más alto de su vuelo, cabecea de arriba hacia abajo buscando la base del palo largo de Zagala, espacio que encuentra, raya de gol que el balón supera, el árbitro se cobra el tanto mientras el 'media punta', que, junto a sus compañeros, se estaba marcando un partido de locura, y de lo-cura también porque el fútbol es un juego curativo, el virtuoso '8', de él se estaba hablando, corre hacia el costado de la tribuna que le queda más a mano, más a pie, es el primero del partido, y tal su alegría, que en toda cara que contempla jubilosa ve el rostro de las personas que él más quiere.
Esas en las que, en los duros y largos días de la semana, piensa, de las que se acuerda, las que echa de menos, a estas alturas de la temporada más que nunca porque el piso que habita dejó de compartirlo con Oscar, que se fue al Somozas a las primeras de cambio, con 'Pepelu' Villar, arquero que tuvo que salir a Barco de Valdeorras a mitad de curso, 'Pepelu' que Mediavilla suplió para que en este preciso momento el cronista tenga un futbolista del Portu al que agarrarse para convertirlo en el bueno de esta película o partido en el que, sin embargo, el protagonista no es él, sino 'Gabri' Ortega, el autor del primer gol de este partido que va por el 57'.
El uno a cero, tal y como se está desarrollando esta 'lucha de gigantes', es un magnífico resultado para el cuadro que dirige Carlos Docando, entrenador que, al parecer de uno, y desde un inicio, le está ganando la partida a Sergi Escobar, técnico del Castellón que, antes de partir hacia Portugalete con la inequívoca intención de "quemar todas nuestras naves", dejo clarito a la prensa castellonense que "mi equipo quiere dejar en La Florida la eliminatoria encarrillada".
Sergi Escobar, que estaba al tanto de que "el Portugalete es muy fuerte en acciones de estrategia", al recibir su equipo un gol 'cantado', y gritado por una afición de La Florida que, con su querida presencia, ha puesto a la villa de Portugalete en un lugar más alto que cualquiera de las sedes del Mundial de Rusia, Sergi Escobar, técnico del Castellón que en el '73' subiera a los altares por haber sido puesto a los pies de los leones, consciente de lo peligroso que sería para sus intereses regresar a casa con ese 1-0, se dirige al banquillo como en busca de la libreta donde se halla escrito el 'plan B' que junto a su segundo ideó por si vinieran mal dadas. Coge la libreta. Hojea. Ojea. Pero nada ve. Nada encuentra. "Preparados para el juego directo/ No más de tres toques: NO PLAN B".
Y es que, la tarde le contestaba testaruda, el Castellón, que tan 'caro' me lo vendió un técnico de prestigio que entrenó al Portu, y que favorito ante el Portu no viera otro entrenador que también se sentó en el banquillo de La Florida, y aunque a este cronista se le hiciera tan duro asimilar, es un equipo de fútbol que en el balón, en la pelota, en el cuero, en el esférico...no ve sino al más odiado de sus enemigos, y de ahí el desprecio con el que le trata cada vez que, por suerte o azar, casi nunca por intención, cae a sus pies, o flota sobre su cabeza.
¡Si supiera Del Bosque lo mucho que el Castellón, en el que jugara, me decepcionó!... ¡Si supiera el salmantino entrenador y fútbolista la tristeza que me inundaba cada vez que todos y cada uno de los jugadores albinegros se veían 'obligados' a relacionarse con el balon!...¡Si lo supiera!...Iría al primer entrenamiento de la semana del equipo y, plantándose en medio de un rondo, exclamaría: ¡No me jodas, Castellón, no me jodas!...
Pero como el fútbol, siendo juego, a veces es cruel y premia la propuesta miserable por encima de la que pretende ser virtud, veinte minutos después del gol de Gabri que ponía al Portu en ventaja de lujo, en el 76', Zagala, como avergonzado por el 'básico' comportamiento de los suyos, en un intento de lavar la imagen de su equipo, le sacó la cara a título personal protagonizando una soberbia parada, gato con guantes sí caza, manos duras, agilidad de tigre, más 'reflejos' que en una peluquería antes de cuatro bodas y un funeral...
Garmendia la puso al segundo palo. Cubería apareció poderoso. Desde el largo al corto, testarazo sutil que se convierte en pase de la muerte que no cuaja porque Zagala le ganó la partida a Bonilla en un duelo bajo el sol de la tarde que se levantaba soberbia sobre la calle verde de La Florida. La bota contra el cuero. La pelota contra los guantes de un portero que le acaba de librar a su equipo de un segundo gol que habría puesto la eliminatoria al otro lado de la delgada línea gualdinegra.
No quiso Zagala que Bonilla tuviera poder. No quiso. No quiso el portero del Castellón algo tan nefasto para los suyos porque su intuición le había puesto al tanto de la suerte final de un partido que, a pesar de los pesares, estaba despertando tanta pasión en espectadores, personalicemos, como Joseba Agirre, el entrenador de las leonas...
Cinco minutos de prolongación había pautado el trencilla del colegio cántabro Bojoi Vlad. Cinco y para que se agoten, apenas segundos. El balón en poder de un futbolista del equipo visitante. A la altura del centro del campo se halla, de espaldas a la portería que pretende atacar y 'Txaber' Ajuriagoikoa como si su sombra. Sombra que se equivoca de raíz al cometer falta sobre el poseedor de la pelota.
Para no ser tachado de ventajista, el que ahora escribe denunció a sucio el error en su libreta: ¡Txaber, no me jodas, que has hecho!... Y es que, con tan solo una ración de cinco segundos de incordio, el partido habría muerto en botas del Castellón.
Con su falta, empero, con su 'grave' falta, le había dado a su enemigo de beber el último trago del partido. Trago amargo, como la parroquia de La Florida se apresta a degustar...
Menos el portero, Zagala, todos arriba. Él área que defendía el Portu era un hervidero. Se trataba, ahora, de comprobar si alguno de los dos equipos se quemaba por haber puesto de manera temeraria su mano en el fuego. Golpeo blando. Sin malicia. A asegurar. Como el que casca un huevo y lo echa en la sartén. Vuela la pelota. ¿La ven?... Sí, la vemos todos.
Y cuando el esférico, a punto de salir del rectángulo como anuncio de un final, un pitido grave sacude los oídos de todo jarrillero, al mismo tiempo que alegra las orejas de la afición castellonense. ¡Penalti!... El colegiado señala el punto fatídico mientras en corta carrera se dirige hacia Neira con intención de amonestarle. Penalti y amarilla. El Castellón, en el último suspiro del partido, y sin otro mérito que haber metido el balón en el área y ni siquiera acertar, de concretar el disparo desde los once metros, volvería a casa con la eliminatoria en franquicia y no con ese uno a cero goles que no le auguraba nada bueno.
Fue gol. En la guerra de nervios, Cristian Herrera le venció a Mediavilla, portero de un Portu que, por haber sido más fuerte que todo obstáculo y todo sufrimiento, le había dado sopas con honda a 'todo un poderoso Castellón'. Y hasta de su misma medicina a tomar le había dado el cuadro jarrillero a ese otro de..."pam...pam...orellut"...
Por la trascendencia que tiene, y que podría tener al final de la eliminatoria, el cronista se ha metido en el vestuario del Club Portugalete para saber de intimidades. Con respecto a este 'maldito-bendito' penalti que un árbitro ¿valiente? decidió pitar en "centésimas de segundo".
La afición jarrillera está encendida. Y hay, al otro lado del wasap, una mujer que "piensa mal y acertaras". Llueve sobre mojado. Se hizo justicia. La risa va por barrios. A la noche se cerraban las "Floridako Jaiak". Un muchacho jarrillero blasfema Ojillo abajo.
Pero lo que cobra valor a estas alturas de la 'contra-crónica' más 'CONTRA-CRONICA' que un cronista loco podría escribir... es el testimonio de un futbolista del Portu que formó en el once inicial de un partido apasionante.
Me envía el vídeo de la mortífera jugada y me dice: "Juzga tu mismo"... No -le comento- quiero saber lo que ha dicho Neira (por el árbitro acusado luego de haber completado un partido SOBERBIO)...
"Evidentemente hay contacto entre los dos, pero ni mucho menos existe un agarrón como para tirar a un jugador al suelo. El jugador del Castellón, cuando ve que no puede llegar al balón, se deja caer. Una acción cuanto menos rigurosa".
¿Por qué, como en otras acciones similares y en ambas áreas, no se ha inhibido el árbitro?
"Fíjate lo que te voy a decir: cuando he salido de La Florida, dos aficionados del Castellón hablando: "Que mal partido hemos hecho; hemos 'ganado' de penalti, en el descuento, a 'lo Madrid'"...
Se le pregunta sobre la explicación que Neira (soberbio, Natxo Neira) les ha dado en la intimidad de la ducha...
"Neira nos ha explicado la jugada de esta manera: "Los dos hemos mantenido contacto dentro del área (como en cualquier otra acción durante el partido) y cuando el balón se escapaba por la línea de fondo, se ha dejado caer". Ya en comentario grupal... "Existe un pequeño agarrón, pero no lo suficiente como para pitarlo en el descuento y en una ronda de play off"...
El futbolista del Portu, sobre uno de sus compañeros: "Cubería, con tres amarillas, no estará en Castalia"... ¿Txopi, en su lugar tal vez?..."Exacto".
Este jugador gualdinegro lanza lo que, dicho en momento tan delicado, uno entiende como una 'bomba' para l@s lector@s del Desmarque Bizkaia que sienten que la suerte del Portu y la suya son la misma suerte: "¡El vestuario esta convencido de que subimos" porque "hemos demostrado que somos mejores, y allí también lo seremos".