Nueve y cuarenta y dos. De la mañana. Que horario tan extraño para dar inicio a un evento. Y, sin embargo, ya van tres. La 'vencida' ha sido el domingo 29. "Cuidado con la ola polar", me advertía Esmeralda, una de las 'tomadoras de sol' más experimentadas que he conocido en mi vi-da-lla jarrillera. "¡Hola, Polar!", le he contestado.
Juego de palabras difícil de entender para aquell@s que en su día no formaban parte de la 'Lista de Pin', salvadora, como la de Schindler, obra de Samuel Agirre que forzaba a sus lector@s a que se empaparan de las crónicas de los partidos del Portu a cambio del beneficio de la duda y el regalo de su aportación en forma de carta o poesía, Maitane Ibarluzea, Mario Angel Marrodan, Miguel Gómez Vaquero: "Hoy he metido mis dedos en las llagas de Cristo y los he sacado morados de dolor: ¿Por qué moriste, Dios, por qué?...¡Ay, qué frío hace en O'Barco!.
Nueve y cuarenta y dos. Casi dos horas antes de que en La Florida se iniciara el siempre pasional duelo entre Portu y Balmaseda. Pasional hasta la sangre. Vertida otrora sobre la hierba húmeda, mojada, empapada. No llovía cuando pasé paralelo al campo de La Florida. Pero lo había hecho de noche. Y habría de hacerlo mientras 'Portu' y 'Balma' se atacaban con esa furia que acompaña a los equipos 'villanos'. Yo no lo veía. Cuestión de fe. Creer en lo que no se ve pero te lo escriben y tú lo lees en la pantalla de un movilito al que le has suplicado hasta el extremo que en su pantalla apareciera el rectángulo de La Florida. Como la lámpara de Aladino lo he frotado. Tantas veces, que el teléfono se ha vuelto loco y ha empezado a temblar de manera temeraria como si estuviera ardiendo o por debajo de los 36:06: ¡Ay, qué frío hace en O'Barco!
Desde que varios equipos de Tercera se pusieran de acuerdo con 'Footters', el Club Portugalete entre ellos, serios problemas y más he tenido para ver a los de Docando y Loza jugar bajo el cristal de una tablet o un Xperia. A las once y media: ¿Dónde estaba yo a las once y media?..Batek daki!...Auskalo!...Dónde, no lo sé, pero sí, en qué me afanaba: intentar, una y otra vez, con suerte vana, comprarle a Footters el partido que en La Florida jugaban Club Portugalete y Balmaseda FC. Y cuando parecía que todo estaba a punto, la nada. Y vuelta a empezar. Hasta que me acordé de Sísifo y empecé a temblar y me dije: ¡Ay, qué frío hará en O'Barco!.
A ritmo de twiter. Por minutos. De uno en uno, de dos en dos, de tres en tres, y cuando el tiempo se iba hacia la minutada, no dar por malo el empate a cero mediando el verdugo del Sestao River, y sí por bueno el gol de Galder que, al filo del descanso, ponía al Portu en una cima de la que ya no se quiso bajar, a pesar de que las acometidas azulgranas eran como los latigazos romanos que buscan la entraña con las bolitas de acero: ¡Ay, qué frío hace en La Baluga!
Arbeloa, quién, si no, la 'Bestia de Siberia-Gasteiz'. Salió del hielo del mediodía para comerse las mallas del portero a dentelladas. Y es que, así como había leído del peligro visitante, de un Jorge Mediavilla sensacional que salió al auxilio de 'los de oro y hulla', las últimas líneas del twit del Club Portugalete fueron para Ander, el 'rey del contraataque': "Denme un pelotazo largo al espacio vacío e inmenso...y seré yo solo el que protagonice la acometida"...Acabó el partido. Había llovido. Pero mi pregunta era: ¿Hacia frío en La Florida?
No sé dónde estaba cuando le envié un mensaje al wasap de Ezequiel Loza: Contra el vicio de pedir -este pecado de periodista enfermizo-, la virtud de no dar, palabras, callar, que es lo mismo que no escribir, comprarse un paquete de castañas y calentarse las manos metiéndolas en los bolsillos, "Lo siento, Luis, hoy no es el día, no estoy para ti". Lo pensó. Pero no me lo dijo.
Que es lo mismo que a mi wasap no llegar mensaje alguno que, vía entrenador, me hiciera entender un partido que no había visto porque no lo pude ver, porque no estaba en Portugalete, sino sentado en el banco metálico y frío de una terminal a la espera de que a las nueve y cuarenta y dos empezara el evento de la mañana, y también del mediodía, y de la tarde iniciada. Hasta que la máquina se detuvo y me vi obligado -con buenos modales curan- a descender hasta alcanzar el nivel del andén de la estación de un tren que seguía hacia A Coruña: ¡Ay, qué frío hace en O'Barco!...Tanto que, a pesar de los tres intentos que hice por ganar el estadio, fui incapaz, reculé. Como si entrar al campo me diera miedo. Vuelta al Hostal. Que aunque se llame 'Mayo', de primavera, nada, nieve en las cumbres, lluvia que los focos de las farolas agigantan: ¡Ay, qué frío hace en O'Barco!.
Y en esta habitación [del todo apropiada para una escena de amor sin amantes] tipo 'Amar en tiempos revueltos'. El interruptor de la calefacción con ruedas luce rojo, pero no caldea, ni 'sumeria', es tan pequeño el sol, o está tan lejos, tan destemplado me siento que hasta mentira me parece que hace poco más de media de hora, escuchando 'on line' la 'Popu', a David Camin, Josu Unzurrunzaga y Óscar Santiago
¡Ay, qué frío hace en O'Barco! De Valdeorras. Donde recaló Pepelu, hijo del exilio. Ex-portero del Portu. Hoy, en el Formentera. Como un domingo sin fútbol. Así me siento yo. ¿Sensación térmica?...¡QUÉ FRÍO HACE EN O'BARCO!
Por Luis María Pérez, 'Kuitxi', exfutbolista y periodista