La gran final de la Copa del Mundo de de rugby de Japón 2019 la jugarán Inglaterra y Sudáfrica este próximo sábado -2 de noviembre a las 10:00 horas-, tras haber superado a Nueva Zelanda (19-7) y Gales (19-16) respectivamente. Quienes jugarán mañana viernes, día 1, también a las 10:00 por hacerse con el tercer puesto.
Al XV de la Rosa le tocó enfrentarse en semifinales a la gran favorita, Nueva Zelanda, en lo que, vista la otra semifinal, fue, como se preveía, “una final anticipada”, jugada entre los dos seleccionados que mejor juego habían desplegado durante el torneo.
Espectacular partido que se inició con una polémica, que va más allá de lo estrictamente deportivo, al respecto del baile tribal Maorí que ejecutan los All Blacks antes del comienzo de sus partidos, “Haka”.
El combinado inglés se dispuso en formación de “V” frente a los de negro mientras éstos en plena ejecución de la “Haka”, invadiendo además parcialmente el campo de los All Blacks y en actitud desafiante, lo que les ha supuesto ser multados con 2.200 euros.
Ello ha dado lugar a que corran ríos de tinta al respecto de que si era la primera vez que sucedía algo así, que si había logrado Eddie Jones descentrar con ello a sus rivales, que si había sido una falta de respeto, etc...
Pues bien, no era la primera vez, no. Al menos la segunda, puesto que algo así ya ocurrió en la final de la Copa del Mundo celebrada en Nueva Zelanda en 2011, que jugaron los All Blacks y Francia.
En esa ocasión el equipo francés se dispuso en formación de flecha, o “V” invertida. Todos sus jugadores entrelazaron sus manos y en la punta de la flecha se situó el capitán del XV del Gallo, Thierry Dusautoir.
Los jugadores franceses comenzaron a caminar hacia los All Blacks mientras éstos estaban ejecutando la “Haka”, hasta llegar a ponerse frente a ellos a unos escasos 10 metros de distancia, invadiendo el terreno de juego rival, como se puede apreciar en el siguiente link...
Por cierto, los All Blacks ganaron esa final por un apretado 8-7 y los franceses multados con 2880 euros por la invasión de campo.
Como hemos apuntado antes, mucho se ha escrito sobre si este hecho influyó de alguna manera en el ánimo de los All Blacks. Sinceramente creo que no. En todo caso pienso que pudo servir al XV de la Rosa para concentrarse y motivarse para afrontar los 80 minutos de juego ante el peor/mejor rival posible.
Así, los de Eddie Jones iniciaron el partido lanzados y no habían transcurrido 2 minutos cuando Tuilagi posó el oval tras la línea de ensayo neozelandesa (7-0).
Pero es que en el minuto 24, lograron una segunda marca por medio de Underhill, tras una gran acción del pilier Sinckler (gran mundial el suyo), que fue anulado tras consulta con el TMO por pantalla (involuntaria) de su compañero Curry.
La presión defensiva del XV de la Rosa fue espectacular, ejecutando los placajes de tal forma (agresividad y timing, al límite del fuera de juego) que los All Blacks, lejos de lograr ganar líneas de ventaja, reculaban, perdían metros y en ocasiones incluso el oval. Placajes ganadores. En esta faceta destacaron especialmente el segunda línea Maro Itoje (hombre del partido) y los jóvenes flankers Curry (21) y Underhill (23), llamados por su propio seleccionador como los “kamikaze kids” por su manera de defender y placar.
En el descanso el marcador era de 10-0 a favor de Inglaterra, reflejando fielmente lo ocurrido hasta ese momento. Será difícil recordar la última ocasión en que los All Blacks llegan al descanso con 0 puntos en su casillero.
Tras el paso por los vestuarios quedaba la duda de si Inglaterra podría aguantar esa intensidad y ritmo defensivo y, así mismo, se esperaba la reacción de Nueva Zelanda, pero lo que se vio, nada más iniciarse el segundo periodo es que el partido seguiría por los mismos derroteros.
En el minuto 5 de la reanudación el XV inglés logró un nuevo ensayo, esta vez por medio de su número 9 Ben Youngs, que también fue anulado tras revisión por el TMO, al apreciar un balón adelantado en el maul formado tras saque de lateral mientras el pack inglés avanzaba hacia la línea de marca neozelandesa, previamente a que Youngs cogiera el oval para ensayar.
Ni siquiera este nuevo revés del TMO hizo mella en el XV de la Rosa, que seguía a la suyo, incrementando su ventaja por medio de otro golpe de castigo convertido por Ford (13-0, min. 50), mientras los All Blacks no encontraban la fórmula para superar la férrea defensa inglesa.
Tuvo que ser un grosero error inglés (pérdida de un saque de lateral propio a cinco metro de su línea de ensayo), el que propició el ensayo neozelandés conseguido por Ardie Savea y convertido por Mo'unga (13-7, min. 56).
De aquí al final, los All Blacks con los cambios intentaron meter una marcha más (para el min. 15 del segundo tiempo ya habían entrado al campo Perenara, Sonny Bill Williams, Sam Cane, Coles, …) pero fue un quiero y no puedo, o más bien un quiero y me lo impiden.
Los ingleses no daban paso atrás y ampliaron su ventaja con dos nuevos golpes de castigo convertidos por Ford (mins. 61 y 68), dejando el marcador en el definitivo 19-7.
Inglaterra había logrado la hazaña de destronar a los campeones de las dos últimas ediciones de la Copa del Mundo.
La otra semifinal no tuvo la exuberancia de la primera. Juego cerrado, muy táctico. Lucha de titanes en los puntos de encuentro. Búsqueda del fallo del adversario y jugar en campo contrario aunque ello supusiera entregar el oval al rival.
Planteó su partido el XV Bokke de Rassie Erasmus de manera habitual, intentando sacar el máximo rendimiento a su pack de delanteros, grandes, poderosos, pesados, y abusando del juego al pie, sobre todo por parte de su medio melé DeKlerk, especialista en “patadas a la caja”. De hecho corren por las redes sociales multitud de chistes y memes al respecto del 9 bokke y su gusto por el pateo.
Gatland aceptó el envite y envió a los suyos, al XV del Dragón, a pecho descubierto a jugar a ese mismo juego. Mucha patada táctica de Biggar. Mucho juego cerrado, liderado por su capitán Alun Wyn Jones, asumiendo pocos riesgos.
Así las cosas, el partido discurría según el guion previsto por ambos entrenadores, prevaleciendo las defensas sobre los ataques. No hubo concesiones y al descanso se imponían los Springboks por 9-6. Tres conversiones de Pollard para los bokkes y dos de Biggar para los dragones.
No cambió mucho el panorama tras el descanso. Ambos contendientes seguían a lo suyo. El partido continuaba siendo muy cerrado y poco vistoso, pero al menos se pudo ver dos ensayos, uno para cada equipo.
El XV del Dragón igualó la contienda 9-9 por medio de otro golpe convertido por Biggar al inicio de la segunda mitad (min. 46), pero poco a poco se vio viendo superado físicamente por su rival, más poderoso en ese aspecto.
En el minuto 57 el primer centro sudafricano DeAllende logró ensayar para su equipo en una de las pocas jugadas protagonizadas por la línea de los Springboks.
Primero una ruptura de la línea defensiva por parte del 10 sudafricano Pollard, a ras de ruck, provocando además la infracción galesa, y después apertura por parte de DeKlerk (algo poco habitual), aprovechando el jugar en ventaja, al lado contrario donde recibe DeAllende, que haciendo valer su poderío físico, rompe el placaje de Biggar, y logra ensayar pese al intento del 9 gales, Tomos Williams, de evitarlo. Su ayuda a Biggar llegó tarde y no pudo evitar la marca (16-7, tras conversión de Pollard).
Parecía que el partido se rompía de manera favorable para los Springboks pero si de algo va sobrado el XV del Dragón es de coraje, y en el minuto 65, tras 21 fases de ataque, los Bokkes cometieron una infracción muy cerca de su línea de ensayo.
El capitán gales optó por pedir una melé, algo poco habitual en la élite y más frente a un equipo tan poderoso en delantera como el sudafricano (lo usual es bien tirar a palos bien jugar a la touch).
La arriesgada decisión salió bien. Atacaron por el cerrado, lograron superioridad y Josh Adams posó tras la línea de marca Bokke. Este ensayo convertido por Halfpenny, ponía las tablas en el marcador (16-16) a falta de 15 minutos para la conclusión.
Hasta ahí pudieron llegar los dragones de Gatland. En el minuto 76 llegó la conversión ganadora de Pollard (19-16), tras un fallido intento de drop de Patchell (que había sustituido a Biggar) en el 73. Los Springboks volvían a una final 12 años después.
Será el partido de las despedidas. Por parte de los All Blacks, además de su laureado entrenador Steve Hansen, los ilustres Kieran Reid (capitán), Sony Bill Williams, Ben Smith y Ryan Crotty, y en el XV del Dragón su seleccionador, Warren Gatland.
El favoritismo no cabe duda que recae sobre los All Blacks, quienes han introducido varios cambios en su XV inicial, dando entrada a los que se retiran del rugby internacional y a aquellos otros que han tenido menos protagonismo durante el Torneo, pero si repasamos el 15 vemos que es un equipo del más alto nivel, manteniendo entre ellos a Beauden Barret, Mo´Unga, Aaron Smith, Retallick, ..
Así mismo Gales refrescará su 15 inicial, en parte por las lesiones sufridas, y este partido será el de la despedida de Warren Gatland tras doce años como máximo responsable del XV del Dragón. Seguro que los suyos querrán agasajarle con una victoria, pero si derrotar a los All Blacks con el mejor XV gales que se pudiera conformar sería ya muy difícil, con las bajas que presentan es casi un imposible, pero nunca se sabe lo que puede ocurrir cuando te enfrentas a un Dragón.
La final va a ser una reedición de la disputada en la Copa del Mundo de Francia de 2007 en la que salieron triunfantes los Springboks por 15-6, por lo que el XV de la Rosa querrá desquitarse de aquella derrota.
El lenguaraz, polémico y excelente entrenador Eddie Jones, con la inestimable ayuda de su técnico de defensa, el neozelandés John Mitchell, ha logrado meter en la final al XV de la Rosa, después del gran fiasco de la pasada copa del Mundo 2015 celebrada en Inglaterra donde no se clasificaron siquiera para cuartos.
Para eso le contrataron. Le pagan más que a ningún otro técnico. Solo le falta la “guinda”. Lograr la segunda Copa del Mundo para Inglaterra, que también sería la segunda para un equipo del hemisferio norte, después de la lograda en 2003 por el XV de la Rosa frente a Australia, que además jugaba en casa, siendo precisamente Eddie Jones el seleccionador de los Wallabies (la del famoso drop de Wilkinson).
Eddie Jones ha optado por repetir el XV inicial que jugó contra los All Blacks para afrontar esta gran final, al igual que Rassie Erasmus con la salvedad de la vuelta al XV inicial de los Springboks de su ala Cheslin Kolbe, que se perdió la semifinal por lesión, dejando fuera de la convocatoria a Nkosi, quien fue precisamente el que ocupó el sitio del citado Kolbe. Los 22 restantes son los mismos que los que fueron citados para jugar contra Gales.
Rassie Erasmus, quien dejará el cargo de seleccionador tras la final, ha comentado en rueda de prensa que no han preparado nada especial para este partido, ya que no tenían tiempo para ello. Lo más importante, recuperación y descanso, después de un intenso torneo. No habrá sorpresas. Los Bokkes jugarán a lo suyo.
Tras lo visto durante el Torneo y sobre todo en los partidos de semifinales, considero a Inglaterra como la favorita para alzar la Copa Webb Ellis. En el último test match celebrado entre ambas selecciones en noviembre de 2018, la victoria cayó para el lado del XV de la Rosa por un muy ajustado 12-11.
No va más. Seguro que será un gran partido. El partido final que se merece un grandísimo Torneo. No se lo pierdan.
Por Gontzal Sever, expresidente del Universitario Bilbao Rugby y jugador veterano de rugby