El deportista bilbaíno Iker Sastre, noveno puesto en el ránking internacional de tenis de mesa adaptado, acaba de ver cumplido un gran sueño: su primera clasificación para unos Juegos Paralímpicos. Un brillante premio a una larga trayectoria de 12 años en este deporte, que se ve amenazado por la crisis del coronavirus, que pone en jaque la celebración de los JJ.OO que se debían celebrar este verano en Tokio.
La incertidumbre -el COI se ha dado cuatro semanas para la fecha definitiva de la cita olímpica y, por ende, de la paralímpica-, sin embargo, no mina el optimismo de este bilbaíno de 42 años cuya trayectoria vital es un ejemplo de superación. Un desafortunado accidente practicando surf dejó afectada la movilidad de su cuerpo, pero no pudo con su carácter vital y su pasión por el deporte. Lejos de rendirse y tirar la toalla, Iker, de profesión fisioterapeuta, buscó "nuevos retos" y acabó en encontrando la manera de encauzar su pasión en el tenis de mesa, "posiblemente el deporte más inclusivo que hay".
El confinamiento en casa por el coronavirus ha limitado sus posibilidades de entrenamiento. "No soy futbolista, vivo en una casa pequeña y no peudo meter una mesa de ping pong", cuanta en una entrevista a ElDesmarque Bizkaia este campeón de España y de Euskadi durante 12 años consecutivos.
Su carácter positivo le permite llevar con serenidad el tener que permanecer en casa -"el deporte me ha ayudado a encara esta situación". Pero sus pensamientos vuelan hacia Tokio. "Las Paraolimpiadas comienza el 28 de agosto y un mes antes marcharíamos hacía allí para prepararla. Si esto sale adelante, que esperemos que sí, estaremos todo el verano entrenando, bien en Euskadi o concentrado con la selección en algún sitio"
"Lo conseguido ya está. Ahora que ya estamos clasificados, ir a tope y a por todas. Espero que traigamos alguna medalla", expresa como deseo.