"Los dioses me concedan que, desnudo de afectos, de la fría libertad de las cumbres yo goce". [Ricardo Reis].
PRÓLOGO
[Como la seda fue todo. Aunque, para salvar la distancia, el empinamiento y la dureza, el montañero terminaría 'empeñando' la musculatura de sus piernas, y su pecho, "ya muy cargado y deshecho". Pudo más, siempre sucede, esa sensación de inmensidad que lo inundaba cuando, erguido en lo más alto de la 'Montaña Palentina', con su serena mirada llegó a fundirse en lo infinito].
Peña Prieta. Lo de 'prieta', por su oscuro color. Brutal empedrado de cuarcitas y granitos. Peña Prieta, la controvertida. La recóndita y salvaje. Esa terrible montaña que, si se ataca desde territorio palentino, sólo se hace visible una vez superadas la duras pendientes del 'Alto del Tío Celestino'. "Si el cielo no cambia cuando cambia una bandera", quién puede apropiarse de Peña Prieta con su bandera.
Techo [2.539 m] de la 'Montaña Palentina' y, sin embargo, cántabra por decreto de ley. En el Mojon de 'Tres Provincias', principio de la cuerda que en Peña Prieta termina, Palencia, Cantabria y León se dan la mano. Se torna palentina a medio camino de la cresta, en el 'Pico del Infierno'. Que a Cantabria pertenece Peña Prieta dicen los cartógrafos, hilando muy fino, tanto, que algún buen palentino podría decir, "Consiguieron llevar el agua a su molino".
Cuando, luego de cuarenta años en su mente, la holló, que en Palencia se encontraba, que a Palencia se 'mostraba' sentía el montañero. Porque desde Cardaño de Arriba [1.425 m] había partido. Porque, mientras, atrás, la silueta del Espiguete [2.451 m] era misterio cambiante, león dormido que se despereza y encorva hasta semejar la silueta perfecta de la pirámide de Keops, al fondo, inmutables en todo momento, las 'Agujas de Cardaño'.
Bajo ellas, la bella 'Laguna de las Lomas', esa que tan solo al llegar a su altura puede verse. A partir del pozo glacial, divisoria de caminos que confluyen en un tripartito Mojon.
Hasta ese Mojon, 'de Tres Provincias' llamado, debería haber partido en su día el montañero tras cerrar la puerta de la casa de Dalmacio. En Llanaves de la Reina. Pequeño feudo leonés. Cuando, en 'aquella Semana Santa', Paco, el 'marido de la profesora' que nos abastecía de 'vino de aguja', no hacía sino animarnos a que nos pusiéramos en marcha. "Peña Prieta", siempre, en boca de Paco. ¿Recordáis aquella Semana Santa en la casa de Dalmacio?
Diecinueve de Agosto de 2021. En Portugalete, San Roque sigue 'confinado'. En Cardaño de Abajo, cuatro cimas tiene en mente el montañero. El llamado 'Póquer de Ases': Curavacas, Espiguete, Pico Murcia y Peña Prieta. Y como esta última era para él el único pico virgen de su 'cuatripartita baraja', la quiso conquistar a la primera. Pablo, el del 'Caserón de Fuentes Carrionas', con una única señal iluminó el recorrido de la ruta a seguir. "Las Agujas de Cardaño en tu mirada".
Paralelo al pozo de 'Las Lomas', con las 'Agujas de Cardaño en todo lo alto, "Hacia la derecha, Kuitxi", le dijo. Tírate al monte. Monte arriba. Que te dé lo mismo 'arre que so'. Haciendo acopio de esfuerzo y fatiga alcanzarás lo más alto del 'Tío Celestino' [2.393 m]. El premio a tu tesón, muy cerca. Anda, sigue subiendo, camina. La recompensa, cuando te asomes al vacío desde ese privilegiado balcón que es el 'Alto de Fuentes Carrionas'.
Tan bello te parecerá lo que en el fondo del 'Valle de Pineda' descansa, que no sabrás si es visión de tus ojos o paisaje de postal. La 'Laguna Grande'. Y a su lado, 'la pequeña', esa que por una esquina se abre para que pueda nacer el río Carrión. Paisaje árido. Rocoso. Laderas de arenisca. Como si en los Andes.
Si no fuera por ese marrón intenso, abrumador, que nos traslada a las inquietantes y terroríficas 'Montañas de la locura' de Howard Philips Lovecraft. Girarás 360 grados. Bajo el Síndrome de Stendhal, creerás escuchar al Diablo tentarte, "Si me adoras, todo lo que ves será tuyo".
Me dediqué a mirar. A mostrarme a toda materia excelsa. Valle de Pineda y sus Puertos. De Río Frío, sus Puertos, también. Inmensos pastos para el ganado ya desde el medievo. Valle de Lechada y del Naranco. Con el refugio 'Mariñas' del Club de montaña santanderino Tajahierro donde tan felices fuimos: ¿Recordáis aquella Semana Santa de 1982 en la 'cabaña' de Dalmacio? En Llanaves de la Reina.
Pueblo leonés desde el que debería haber partido aquella multitudinaria expedición para toparse con esta otra, solitaria, en la que el montañero está invirtiendo tantas ganas y deseo.
Deberá, sin embargo, conformarse con hollar Peña Prieta recorriendo este cordal que parte desde 'Tres Provincias' [2.494]. Sobre rocas de granito y cuarcitas talladas a golpe de hacha que un Titán manejó, pisará la cumbre del 'Pico del Infierno'. El nombre le viene al pelo. 2537 metros. Dos menos, tan solo, que esa prominencia gibosa cuyas paredes a la vista no saltan.
Habría que distanciarse. Dejarse caer por la cara norte de Peña Prieta. Contemplarla. Estremecerse. Antes de rondar los Puertos de Río Frio. Valle de Lechada. Laguna del Hoyo Empedrado. Desde el collado 'Boquerón de Bobias', 'deslizarse' hasta terminar pateando la majada del Valle del Naranco, espacio sellado a fuego en la, de por sí, ardiente memoria del montañero...
El sol calienta la acera de las casas de Paco y de Dalmacio. Como si el tiempo no hubiera pasado. Mientras en Llanaves de la Reina es viernes santo de 1982, 19 de agosto de 2021 'marcan' en su 'reloj' las 'Agujas' de Cardaño. Por un estrecho 'pasadizo entre montañas', 'Ojo de Aguja' llamado, descenderá, con la necesaria ayuda de las manos, el montañero, atento a que la 'Laguna de las Lomas' le quede a su derecha, así como a la izquierda la tenía cuando, a la ida, desde lo alto pudo disfrutar de su 'querida presencia'. Como a la ida sentirla.
O no. Porque nadie ve dos veces la misma laguna. El sol de la tarde se encarga de ello. Juego de luces en beneficio de las aguas, más bellas, y del entorno, que recobra sus hermosas tonalidades. De seguido, valle abajo, 'de Las Lomas' se le dice al arroyo cuyas cristalinas y frescas aguas hacen 'caer en tentación' a la gente en tarde tan calurosa.
Cardaño de Arriba. Punto final para el que desde lo alto de este caserío se echó a andar, y para ese otro que desde Llanaves de la Reina habría partido queriendo unir pueblos y lugares tan emblemáticos. Llanaves de la Reina, donde, Semana Santa de 1982, se produjo el anuncio, el inicio, la promesa. A este montañero le gustaría que se hiciera realidad esta ruta soñada.
La que desde Llanaves de la Reina partía. Porque Paco así lo quiso. Porque Paco aún lo desea. Junto a la casa de Dalmacio está. Si os acercáis a este pueblo tan cuco, un saludo de mi parte. "Para decirle que lo he amado / y he deseado / más de una vez / verlo conmigo, aquí, morir". Porque después de toda una vida. Porque después de vivir. Nos queda una hora. Un día. Un lugar del que partir. Hacia Peña Prieta.