En Star Wars el régimen de Gobierno Galáctico cambia radicalmente de República a Imperio. La República Galáctica sufrió una enorme crisis y hubo quien vio esto como una oportunidad para llevar a cabo sus planes.
Al final de Star Wars: Episodio III apreciamos que las Guerras Clon han sido creadas desde dentro para debilitar a la República y legimitar la concesión de poderes especiales al canciller Palpatine que sería como el Primer Ministro.
Para conseguir esto cogen a un senador digamos poco cualificado como Jar Jar Binks, que debe defender en el Senado esta propuesta. Esta sale adelante con lo que el canciller Palpatine acapara más poder. Esto le permite destruir la separación de poderes e instaurar el Imperio Galáctico y destruir así la democracia de forma totalmente legal.
Esto nos lleva de Star Wars a la República romana, donde en casos de necesidad el Senado concedía legalmente poder casi absoluto a un dictador durante seis meses para solventar una emergencia. El problema era que a veces no devolvían el poder, como ocurrió con Sila y Julio César.
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