He de decir antes que nada que no soy imparcial cuando se trata de Kristen Bell. La serie o película en la que participe puede ser horrenda, terrible, un alegato al mal gusto, que ella siempre me va a parecer que está estupenda. Es lo que tiene ser la protagonista de una de mis series (y personajes) preferidas de toda la Historia. Dicho esto, comienzo mi alegato a favor de una de las sorpresas de la nueva tanda seriéfila: The Good Place.
He empezado con la advertencia porque confieso que sólo he visto The Good Place por ella. Ni la trama ni nada me llamaban la atención de la serie, así que Kristen ha sido el reclamo de atención para darle un visionado. Visionado que no podría haberme merecido más la pena: qué me ha gustado el inicio de The Good Place.
La nueva comedia de NBC tiene una premisa, cuanto menos, curiosa. La serie trata de la llegada de Eleanor al más allá, concretamente a un lugar conocido como “el sitio bueno”. En dicho sitio bueno, indefinido y no atado a ninguna concepción religiosa del mismo, tan sólo habitan personas que hayan sido buenas y se hayan comportado bien con el resto de seres humanos. Monjes budistas, activistas, personas preocupadas por el medio ambiente…son algunos de los ejemplos de quienes habitan este lugar. Y entre ellos está Eleanor, quien está bastante alejada de la concepción de “buena persona” que se tiene en el lugar.
Eleanor es un auténtico desastre: es desagradable, apenas tiene empatía para con los otros, es egoísta y se deja llevar por sus intereses, nunca pensando en la realidad de las consecuencias de sus acciones. Su motor vital ha sido siempre su propio disfrute y poco más. ¿Por qué está ella en el “sitio bueno”? Un error de cálculo. Otra mujer en el mundo comparte nombre con ella, y por eso Eleanor ha tenido la suerte de aparecer en el lado bueno de la balanza. ¿Qué pasa con el equilibrio de las cosas ahora que ella está ahí? Pues que todo se va a pique. Para evitar ser descubierta y expuesta, Eleanor recurre a Chidi, quien ha sido asignado en este idílico lugar como su alma gemela.
Comedia de enredos en toda regla, The Good Place recupera el buen pulso de la clásica sitcom repleta de gags y chistes insertados en los momentos idóneos. Un humor bastante blanco en la mayoría de ocasiones que sin embargo no duda en tocar temas sensibles mediante bromas muy sutiles, con ciertos toques de acidez que hacen imposible que no acabes soltando una carcajada. Kristen, además, está en estado de gracia y alejada de su habitual papel de chica dulce y sarcástica, interpretando a un personaje que es bastante rudo y cínico. Su vis cómica es el motor de la serie y todo el peso recae en su capacidad para soltar burradas sin perder la sonrisa.
La series es una de esas comedias que echaba de menos en la parrilla, con un humor para adultos que no necesita ser ofensivo para ser satírico y con un reparto que funciona realmente bien. Igualmente, como plus, The Good Place tiene lectura muy interesante respecto al trato de los personajes femeninos en la ficción. Recomiendo encarecidamente este artículo escrito en The Mary Sue que explica perfectamente lo bien construido que está construido el personaje de Eleanor y por qué se postula como una de las series a tener en cuenta en esta parrilla.