En los últimos años, la selección española se ha colado por méritos propios entre los grandes conjuntos del mundo gracias al Mundial y las dos Eurocopas, aunque no hay que olvidar otras épocas menos prolíficas del combinado nacional.
Y es que, junto a los Villa, Torres, Xavi, Iniesta, Piqué, Sergio Ramos o Casillas que han marcado la historia de la Roja, también han participado otros futbolistas que se alejaban y mucho a ese nivel.
En la portería aparecería Dani Aranzubía, ex de Athletic, Deportivo o Atlético de Madrid. El riojano cumplía como un buen portero en la Liga española, pero resalta verle junto a históricos como Casillas, Cañizares, Reina o Valdés, en una posición que siempre ha sido de las mejor cubiertas en la selección.
La línea defensiva hace aguas con solo verla. Como lateral derecho García Calvo, un futbolista con un nivel medio tirando a bajo. De centrales Raúl Bravo, un jugador por el que Iñaki Sáez tenía predilección y que todavía está buscando a Cristiano Ronaldo en el partido en el que España se eliminó en la Euro 2004. Junto a él, Etxeita, eterno suplente en la línea defensiva del Athletic. Para cerrar, como lateral izquierdo, Mariano Pernía, aquel exjugador de Getafe y Atlético que destacó por marcar tres o cuatro golazos y convertir su banda en una autopista para los rivales.
El doble pivote lo formarían Mario Suárez, uno de los jugadores que hacía bajar el nivel defensivo del Atlético del Cholo y Gabri García, un producto fallido de la Masía. Por las bandas dos de los peores futbolistas en la historia de la Roja, dos delanteros reconvertidos a jugadores de banda al darse cuenta sus entrenadores de que no sabían lo que era marcar un gol: Manu del Moral y Javier Arizmendi.
En la delantera, Adrián López, el jugador con sangre de horchata que hace un partido bueno cada dos años y Munir El Haddadi, el delantero al que Del Bosque llamó para adelantarse a Marruecos y que no sería titular ni en la selección magrebí.