Red Army, documental producido por Werner Herzog y dirigido por Gabe Polsky, devuelve la Guerra Fría a la gran pantalla con un ligero cambio de perspectiva. Y es que la utilización del deporte como arma propagandística no puede pasar de soslayo por la experiencia cinematográfica como estudio social, cultural y político.
Polsky se adentra en cómo la Unión Soviética utilizó al único equipo de hockey sobre hielo que existía en el país para ejercer su poder político y propagandístico sobre una sociedad encerrada en sí misma y forzada a creer en todo cuanto los medios de comunicación del régimen le hacía llegar. Esta misma sociedad que vivió los años del estalinismo, fue la misma que expandió sus miras tras la caída del Muro de Berlín, dando paso a una nueva realidad a la Rusia de los noventa.
A través de un montaje exquisito, con una banda sonora de absoluta adicción, Gabe Polsky entrevista a los miembros de aquella selección nacional, los obliga a enfrentarse a su pasado (triste en ocasiones, muy divertido en otras) para dar lugar a uno de los mejores testimonios cinematográficos presentes en cartelera.