Matthew Vaughn dirige Kingsman, la adaptación del cómic homónimo de Mark Millar y Dave Gibbons con un elenco protagonista encabezado por Colin Firth, Samuel L. Jackson y el joven Taron Egerton. Vaughn reúne la mejor tradición del cine de espionaje con los dibujos de Millar (a quien ya adaptó a la gran pantalla en Kick-Ass) con un sentimiento de diversión que consigue incluso emocionar.
Buscar en cartelera un humor tan bizarro, desenfrenado a fin de cuentas, es complicado. Vaughn ha conseguido con Kingsman: Servicio secreto que el público desconecte de la trama y emplee su tiempo y dedicación en la más sincera y absoluta diversión. Acción a raudales, mucho aroma british, secuencias que recuerdan al mejor Guy Ritchie y un interés por resultar todo lo más bestia que se pueda es el principal reclamo de una película imprescindible para acudir a la sala (versión original, a ser posible) y rendirse ante la evidencia.