Nervios, ansia, alegría, sospecha... pero también miedo. Desde hace unos días todo fan de Star Wars ha tenido un cumulo de algunas de estas sensaciones, o de todas ellas al mismo tiempo. Sin embargo todo desaparece durante esos siempre fantásticos títulos de crédito que te dejan embelesados. J.J. Abrams, amigo, lo has conseguido, y de qué manera. Y tened cuidado, la posibilidad de destruir un planeta es algo insignificante con el poder de los spoilers aquí presentes.
Francamente siempre confié en ti, me enganchaste con Alias, me enamoraste en Lost, tuviste el valor de coger las riendas de una de las sagas mas míticas del cine, Star Wars Trek, y con excelente resultado, y después creaste una autentica maravilla llamada Super 8 que aunaba los espíritus de E.T y Los Goonies, a sabiendas de que podías meter escenas mas adultas, dado que los niños que crecimos con esas películas, somos ya, como tú, adultos hechos y derechos, y a los que también nos va la marcha. Y precisamente creo que este gran trabajo ha sido la base de Star Wars: El Despertar de la Fuerza. Una comunión perfecta entre lo nuevo y lo antiguo, el equilibrio de la fuerza para no llegar al exceso de acción y gráficos de la "nueva-antigua" trilogía, y lo vintage de la "antigua-antigua" trilogía. "Jey Jey", te quiero tío, pero ahora pongámonos serios.
Como no podía ser de otra forma, los títulos ascendentes nos explicaban detallada y brevemente lo sucedido en estos últimos 30-40 años en el universo Star Wars. Luke Skywalker ha desaparecido, y la nueva alianza rebelde luchará por encontrarle antes de que lo haga La primera Orden, creada a raíz de los restos del antiguo Imperio Galáctico.
Todo esta presentación llevada con un ritmo perfecto, y donde veíamos el 90% de los planos vistos en todos los tráilers, lo que nos dejaba por delante con un extenso metraje del que no sabíamos prácticamente nada. Un comienzo dónde la joven chatarrera Rey, quien vive una humilde vida tras ser abandonada por sus padres, se ve envuelta en una extraña persecución y ha de huir del planeta (¿Nos suena de algo la trama?) en esa pordiosera y MARAVILLOSA chatarra, acompañada de Finn, un desertor de los soldados de asalto que se niega a seguir los pasos de la Primera Orden.
¿Quiere decir eso que el resto de Star Wars VII no es tan buena? Pues ni mucho menos. J.J Abrams, siguiendo la estela que tanto triunfó en la trilogía clásica y que el propio George Lucas tiró por tierra hace mas de una década, nos ofrece Una Nueva Nueva Esperanza. Lo que podríamos equiparar a algo cercano a un remake del episodio IV. Muchas de las críticas de la película van hacía este punto precisamente.
Podría contaros al detalle todos y cada uno de los puntos de la peli que, como yo, acabáis de ver ahora mismo, o quizá en las últimas horas o días. Pero tampoco quiero aburriros con cosas que ya sabéis e ir un poco más al grano.
En resumen, por fin un estreno de Star Wars en los últimos 30 años que ha merecido la pena. No es perfecta, y está lejos de serlo, de hecho si peca de algo es de aclarar ciertas cosas con demasiada rotundidad y quizá repitiéndolo, pero debemos pensar en las nuevas generaciones que quizá hayan perdido su virginidad con esta entrega. Solo sus posteriores entregas y el tiempo podrán permitirnos hacer las siempre odiosas comparaciones con la trilogía original. Pero citando a ese gran sabio desconocido como alguna que otra vez he hecho en esta web, "George, deja que tus amigos hagan tus películas y serán mejores". Y efectivamente nos encontramos con una entrega que supera con creces cualquiera de los tres primeros episodios (para que nos entendamos, la ya no tan nueva trilogía). Confiábamos en ti J.J. Abrams, y como era de esperar, nos has dado todo aquello cuanto queríamos.
Gracias, gracias, gracias por esto que has sido capaz de crear. Gracias por devolvernos la esencia de Star Wars. Gracias por estas casi dos horacas y media de una peli ya inolvidable. Y que la fuerza te acompañe... siempre.