[Crítica] "X-Men: Apocalipsis" ¿Terceras Partes Nunca Fueron Buenas?
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Se acerca el Día Nacional del Orgullo Friki, que se conmemora el próximo miércoles 25 de Mayo desde hace 10 años en conmemoración, entre otros muchos motivos, del estreno de La Guerra de las Galaxias: Una Nueva Esperanza allá por 1977. En 2011 fue precisamente esta la fecha elegida para el estreno del reinicio de la saga X-Men con Primera Generación, una película que a pesar de las dudas consiguió reenganchar a los fans a esta nueva generación de mutantes, pese a las duras críticas (y merecidas) que tuvo X-Men 3: La Decisión Final. Como también lo fue la fecha aproximada para la segunda parte de la saga: Días del Futuro Pasado, y de igual forma ahora con el cierre de Apocalipsis.
Pero vayamos al lío... una nueva era se acerca, la era de En Sabah Nur, nacido hace más de 5000 años es considerado primer mutante de la historia y el más poderosos de todos ellos, controlador de una tecnología ancestral que le permite multiplicar sin fin sus poderes, como el control absoluto de las moléculas de su cuerpo que le permiten no solo moldear su cuerpo a su antojo, si no además poseer una avanzada regeneración celular lo que le permite ser inmortal. Tras un largo letargo tras un incidente en el antiguo Egipto, dónde ya era considerado un Dios, unas excavaciones durante los años 80 permiten su resurgimiento. Debido a sus devastadores poderes es conocido como Apocalipsis, y siempre se hace rodear de cuatro poderosos mutantes a los que comúnmente se les conoce como sus Jinetes y en los que deposita parte de su propio poder.
- Lo copiaría de la Biblia...
- O la Biblia lo copió de él.
Cuando logra despertarse en la era actual (en la que está basada X-Men: Apocalipsis, 1983), su visión del mundo le causa una repugnancia extrema. Los humanos siendo dueños de su propio destino y adorando a numerosos falsos dioses son la señal de que hemos gozado de demasiada libertad demasiados años, y un nuevo orden ha de ser impuesto y para ello debemos ser extinguidos, sobreviviendo tan solo los más poderosos de nosotros, o lo que es lo mismo, los mutantes que compartan su ideología.
Es en ese momento dónde la nueva hornada de X-Men entra en juego (un apunte dobladores, ¿tan difícil es decir Equis Men? ¿No os dais cuenta que decir Ex-Men chirría, y mucho? sobretodo cuando después si que dobláis todos los nombres, cosa que se agradece bastante, como Rondador Nocturno o Mariposa Mental, aunque suponga un reto por el timing de voz). Precisamente estos dos personajes, sumados a unos jóvenes Arcángel, Tormenta, Cíclope y Jean Grey son los que toman el peso en X-Men: Apocalipsis, a pesar de no haber aparecido en toda esta nueva trilogía, siendo acompañados por otros siempre presentes como Mística y Hank McCoy, más conocido como Bestia, y con los omnipotentes Profesor Xavier y Magneto.
Sin embargo, la aparición de tantos "nuevos personajes" nos hace sumergirnos de nuevo en parte de sus orígenes, incomprensiblemente dando mayor protagonismo a un Scott Summers (Cíclope) que sigue siendo el pringao Don Nadie del grupo... lo que da como resultado una primera hora de película de sopor extremo, mezclado con momentos espectaculares aunque bastante puntuales. Mientras avanzaban los minutos, nos íbamos temiendo lo peor, y los flashes de X-Men 3 volvían a nuestra mente.
Las terceras partes siempre son las peores.
Con esta frase que la joven Jean Grey comenta tras salir de ver El Retorno del Jedi con sus compañeros, Brian Singer parece ser consciente de lo que estaba haciendo. Un toque de sinceridad antes de desatar la devastación final que te hace agarrarte a la butaca mientras disfrutas de algunas de las escenas mas espectaculares de toda la saga.
Pero justo cuando la película se encuentra en su momento mas bajo, de nuevo aparece al rescate el bueno de Pietro Maximoff. En un momento que se presupone álgido como es la gran aparición de Apocalipsis en compañía de sus nuevos cuatro Jinetes, el ritmo de la película es tan bajo en términos generales que ninguno nos esperábamos un giro tan brusco en el ritmo de la misma desencadenada por un nuevo momento Mercurio. Sí, es ver de nuevo algo muy parecido a lo que ya vimos en X-Men: Días del Futuro Pasado, pero da igual, porque sus escenas siguen revitalizando la saga y siempre son más que bienvenidas. Y a partir de aquí, que comience la fiesta... así que ten CUIDADO CON LOS SPOILERS.
Aprovechando un momento de debilidad de los estudiantes, el Coronel Stryker vuelve a aparecer en escena para llevarse consigo a algunos de los mutantes y volver a experimentar con ellos, llevándoselos a su base secreta en mitad de las montañas canadienses. Es en ese momento cuando el corazón nos da un vuelco... Stryker, años 80, base secreta en las montañas... ¡Ooh Sii! Por desgracia fue un momento absurda e innecesariamente reventado en el último tráiler, ya que si nos hubiese pillado de sorpresa a todos Brian Singer se hubiera apuntado un tanto, y de los gordos. Pero aún sabiéndolo, Arma X protagoniza otro de los grandes momentazos de la película y de paso sacar de un apuro a nuestros queridos X-Men.
Tras conseguir salir del cautiverio de Striker, una nueva Civil War se acerca. Apocalipsis no solo se ha hecho mas fuerte, si no que ha potenciado los ya de por si gigantescos poderes como los de Magneto, principal arquitecto de su nuevo mundo quién primero se centrará en la destrucción del mismo.
Nos vamos acercando al desenlace del film, y para nuestro deleite, no va a ser nada corto. Con un Magneto convertido en un semi-Dios construyendo un nuevo templo para Apocalipsis y absorber, como a tantos otros antes que él, el cuerpo de Charles Xavier para depositar en él su alma y de este modo adquirir sus increíbles poderes. Pero hay alguien con quien no contaban, con aquella que posee unos poderes telequinéticos aun más devastadores, quién da lugar a la otra gran escena de X-Men Apocalipsis. Con Xavier y Apocalipsis en plena batalla mental al mas puro estilo Origen, y el resto de mutantes peleándose entre si, llega el momento que levantó a medio público de sus asientos, Jean Grey accede a la mente de Xavier, desatando sus poderes de Fénix y destruyendo desde su interior al todopoderoso Dios.
Y llegados a este punto, si que tocaba encarar el desenlace. Algunos de los mutantes que hasta entonces permanecían al lado de Apocalipsis deciden unirse a la nueva generación de X-Men, otros deciden permanecer independientes como el propio Magneto, que tras ayudar a reconstruir la escuela continuará su relación de amor/respeto/odio con Xavier y proseguir su camino allá donde le lleve.
Muchos nos temíamos lo peor hasta casi la mitad de película, pero el señor Brian Singer de nuevo ha conseguido hacer un producto más que potable con una de las franquicias mas exitosas del cine. Ahora, a esperar que Marvel Studios se haga por fin con los derechos de la Patrulla X, y será cuando vayaos a ver espectáculo y del bueno.