Tras conocerse ayer la triste noticia del fallecimiento de la actriz y escritora Carrie Fisher, y con la urgencia que han introducido en la sociedad las redes sociales, no tardó mucho en crearse la pregunta de si Fisher había podido terminar de rodar su rol de la General Organa en Star Wars: Episodio VIII (Rian Johnson, 2017). El clamor popular fue creciendo hasta que los responsables de la cinta confirmaron que sí, que el rodaje terminó el pasado mes de julio y que por lo tanto la actriz pudo rodar todas sus escenas.
Lucasfilm no ha hecho, por el momento, más declaraciones respecto a qué sucederá con el personaje de cara al Episodio IX -donde se había confirmado que aparecería- o si ahora se verán obligados a modificar la historia que Rian Johnson ha escrito para su cuarto largometraje. Tampoco es el momento ahora de entrar en esas discusiones, con la muerte de Carrie Fisher tan reciente, y más cuando el filme tiene por delante todavía un largo proceso de post-producción hasta su estreno en diciembre de 2017.
No deja de ser irónico que la última interpretación en la gran pantalla que nos deja Carrie Fisher -en la pequeña pantalla la veremos en la 3ª temporada de Catastrophe (2015-) y dos capítulos de Padre de familia (1999-)- sea la del personaje que le dio la fama a nivel mundial y que también la condenó a una cierta limitación no sólo artística sino personal, unida para siempre a la Princesa Leia. Su hija Billie Lourd comentó hace poco que su papel en Star Wars: Episodio VIII era mayor que el que había tenido en Star Wars: El despertar de la fuerza (J.J. Abrams, 2015), así que esperemos que nos haya dejado grandes momentos interpretativos. Descanse en paz.