Aunque quizá a España apenas llegara, el ganador del Óscar a Mejor documental de hace un mes tuvo su ración de polémica. Y es que OJ: Made in America (Ezra Edelman, 2016) es una película de siete horas, ya que en realidad se estrenó en ABC como documental televisivo de siete partes, pero que tuvo una presentación y proyección en el Festival de Sundance que le permitió meterse en el hueco de la categoría de largometraje documental. El hecho de que algo así tampoco se hubiera contemplado en las normas terminó de redondear la jugada perfecta de los productores de la galardona cinta. Pues parece que la Academia va a subsanar esa controversia para futuras ediciones, y a partir de la edición del año que viene no se admitirán películas divididas en partes, sólo largometrajes concebidos desde el comienzo como una sola historia de emisión continuada.
Pero no será la única categoría cuyas normas van a verse modificadas. También empezando en la próxima edición, la categoría de Largometraje de Animación, que existe desde 2002, tendrá un proceso de votación similar al de Mejor película, donde todos los académicos pueden votar. Hasta ahora se dejaba la votación a un selecto grupo de expertos en el tema, que es como se explica que propuestas de Japón (Ghibli), España, Irlanda o Francia hayan sido nominadas en múltiples ocasiones. De hecho, se teme que este cambio perjudique las posibilidades de estas propuestas de seguir llegando a la terna, ya que los académicos no expertos pueden no ver animación más allá de los estudios americanos (Pixar, Disney, Blue Sky).
El segundo cambio vendrá seguro de la presión externa e interna que se ha creado cuando títulos como La Lego Película (Chris Miller & Phil Lord, 2014) o Buscando a Dory (Andrew Stanton, 2016) no han logrado una nominación que muchos daban por hecha. Pero es un cambio que en última instancia hace daño, porque la calidad de la animación la valoran mejor expertos en el tema, y no espectadores medios que puedan pensar que ver una cinta de dibujos en francés no es algo que les apetezca. A ver cómo se traduce en los premios de 2018.