Apenas unos días después de saberse que X-Men: Fénix Oscura (Simon Kinberg) y Los nuevos mutantes (Josh Boone) retrasaban unos meses sus estrenos, hasta febrero la primera y hasta agosto la segunda, y el extrañamiento de muchos fans que ya habían visto los primeros tráilers y expresado su entusiasmo por lo visto, se ha sabido el motivo de dicho retraso, uno que ya apuntó Planeta Desmarque al informar de la noticia: ambas cintas van a rodar nuevas escenas.
En el caso de X-Men: Fénix Oscura, parece que todo el tercer acto de la película, que habitualmente en estos films de mutantes es el clímax de la batalla final entre héroes y villanos, y donde se concentra la mayor proporción de efectos especiales, volverá a rodarse ante el descontento de 20th Century Fox con el trabajo de Kinberg, que recordemos debuta aquí como director. Las ocupadas agendas de Sophie Turner, James McAvoy, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence y Jessica Chastain hacen que no se pueda retomar la producción hasta agosto, y así el cineasta y guionista tendrá el tiempo para reescribir esa conclusión.
Respecto a Los nuevos mutantes, la información es algo más preocupante. Según lo que ha trascendido, se va a reescribir la historia para meter a uno o dos personajes nuevos y hacer la cinta, que recordemos se inscribe en el género del terror, lo más escalofriante posible. La fe de la empresa en el potencial del proyecto, con la anunciada posibilidad de ser una trilogía, es mucha, pero también puede acabar perjudicando el resultado final y saturando a todos los implicados. ¿Recordáis cuando se contrató a Shailene Woodley como Mary-Jane Watson para The Amazing Spiderman 2: El poder de Electro (Marc Webb, 2014), y luego nunca se emitieron sus escenas? Pues podría ser un disparate de similares proporciones.