Como pasara con Valquiria, Amilyn Holdo, Ayo, Lando Calrissian y pasará en unos meses con Dumbledore, Hollywood ha vuelto a temer que la mención explícita de la homo/bi/pansexualidad de uno de los personajes de su cine les repercuta negativamente en taquilla, sobre todo en China, donde se confía siempre es generar miles de millones de dólares. Hace unas horas, la actriz Daniella Pineda ha desvelado que una frase de Jurassic World: El reino caído (J.A. Bayona, 2018) donde su personaje aclaraba su lesbianismo fue cortada del montaje final "por razones de tiempo". La excusa de siempre.
El absurdo de este tipo de acciones, que rozan el queerbaiting en más de un caso, se desmonta además viendo las recaudaciones de La Bella y la Bestia (Bill Condon, 2017); Star Trek: Más allá (Justin Lin, 2016) o Deadpool 2 (David Leitch, 2018), todas películas que establecen claramente tener personajes LGBTQI+. En películas de grandes estudios y proyección de arrasar en taquilla, no se va a perder dinero más allá del esporádico y rancio boycott que puedan lanzar grupos conservadores y homofóbicos, así que los responsables de Jurassic World: El reino caído están actuando con una cautela y miedo innecesarios.
La representación importa, y su omisión es peligrosa. Una película como Jurassic World: El reino caído, que será vista por millones de personas, podría ser la alegría para una mujer en una situación complicada debido a su sexualidad que hubiera visto en pantalla cómo Zia, abiertamente lesbiana, ayuda a salvar el mundo. Una pena.