¿Por qué está siendo A ciegas el éxito del momento?

Estrenada hace 8 días en Netflix, A ciegas (Susanne Bier, 2018) ha sido vista -o al menos empezada- por 45 millones de cuentas en todo el mundo. La empresa no suele proporcionar datos de visionados, pero en este caso los desvelan con orgullo para demostrar que marcan también la tendencia en cine. Entre cintas como Roma (Alfonso Cuarón) y La balada de Buster Scruggs (Joel & Ethan Coen) para recibir las buenas críticas y los premios y sus comedias románticas y/o navideñas para atraer a los más jóvenes, la empresa ha logrado en A ciegas un producto muy entretenido, 2 horas tensas con un argumento atractivo y una factura de lo más solvente. ¿Pero qué tiene para ser tan exitosa?

En primer lugar es la premisa, que exploró de otra forma la estupenda Un lugar tranquilo (John Krasinski, 2018) hace unos meses, con gran éxito de taquilla y crítica, que aterra (monstruos a los que si ves te llevan al suicidio) y a la que el equipo técnico le aplica una pátina de solvencia, que no brillantez, que no desmerece nada. Al espectador le gusta pasarlo mal, y con A ciegas le esperan un par de sustos memorables y está intrigado con su juguetona estructura temporal.

El protagonismo de Sandra Bullock ayuda, que no por eso fue en los 90 una de las actrices más queridas del cine comercial. Verla además en un registro que no suele explorar, y un personaje arisco como el suyo siendo madre, es un punto de atractivo que engancha desde el arranque. La acompaña una eficaz y étnicamente variada colección de secundarios que cumplen su función monocorde (poner el humor, ser un contrapunto dramático a la protagonista, resultar odioso) en un desarrollo básico y fácil de seguir. A ciegas no destaca por su esquemático guion, sino por lo que sus responsables son capaces de insuflarle a eso. Y aunque eso no la convierte en ninguna maravilla, para verla desde la cama o el sofá es suficiente.