En los últimos días Todd Phillips, el director de Joker, ha recibido numerosas críticas y ha demostrado no saber encajarlas demasiado bien. En una entrevista con Terry Gross en el programa Fresh Air, el director estadounidense declaró que la gente estaba indignada por el hecho de estarlo, que era una especie de moda. Sin embargo, ha recibido una respuesta que a buen seguro no se esperaba: la de los padres de la víctima mortal de un tiroteo en EE.UU.
Sandy y Lonnie Phillips son los padres de Jessica, una de las doce personas que fue asesinada en la masacre de Aurora en 2012. En julio de ese año, un joven de 24 años que decía ser el Joker atacó un cine en Aurora, Colorado, dejando doce víctimas mortales y cincuenta y nueve heridos.
A raíz de las declaraciones de Todd Phillips, el matrimonio escribió una carta que publicó en la cuenta de Sandy en Twitter. La carta, llena de rabia y dolor, pone en el punto de mira no solo al director, sino también a Warner Bros.
.@jokermovie director Philips said yesterday we’re outraged about Joker for the sake of it.
Wrong! We're outraged companies like @warnerbros profit from violent movies while failing to work to prevent actual gun violence
Work w/ us — together, we can save lives. pic.twitter.com/wQh8imAyJF
— Sandy Phillips (@MamaRedfield) January 7, 2020
En la carta, Sandy Phillips se dirige directamente al director de Joker, al que asegura que no están enfadados porque sí. Acusan a Warner Bros de sacar beneficio de producciones en las que se muestran escenas de violencia con armas de fuego, mientras financias a candidatos políticos que impulsan leyes a favor del derecho a tener armas.
También insiste en que su ira se debe a que el propio Todd Phillips restara importancia a sus preocupaciones reales, y a que Warner Bros siempre se haya negado a reunirse con las víctimas, número que asciende a 272.000 por arma de fuego desde que muriese su hija.
La carta termina indicando que estarían encantados de discutir con él los pasos que la industria del entretenimiento debe seguir para mantener a los estadounidenses a salvo de la violencia de las armas.